Rusia entreabre las puertas a Repsol para el proyecto de Yamal

Repsol tiene ahora posibilidades de participar en el gigantesco proyecto ruso en la península de Yamal, según se desprende de las conversaciones mantenidas en la 24 Conferencia Mundial del Gas entre el presidente de la empresa hispano-argentina Antonio Brufau y su homólogo de Gazprom, Alexandr Miller. Brufau y Miller discutieron en Buenos Aires "las perspectivas de una amplia colaboración bilateral en el marco de los acuerdos anteriormente firmados, incluidos la basada en canje de activos". Hablaron de la posibilidad de realizar proyectos conjuntos en los mercados energéticos internacionales y, "en particular, del proyecto de una fábrica de licuefacción en Yamal", se dice en el comunicado divulgado en Moscú por Gazprom, en el que agrega que la próxima ronda de negociaciones a nivel de presidentes de las compañías se realizará en diciembre próximo.

Esto no quiere decir que Repsol ya figure en la lista de compañías que participarán en el proyecto, pero sí significa una invitación condicionada a la espera de lo que pueda poner sobre la mesa la compañía hispano-argentina. El principal problema es que los rusos están interesados en entrar en los mercados de América Latina, África del Norte y España, pero Repsol, que en los tres tiene fuertes posiciones, no parece todavía preparada a ayudar a que Gazprom entre en ellos, es decir, a un canje de activos de empresas en esas zonas contra acciones de Yamal.

Años para ser socios

Repsol se esfuerza desde hace años por convertirse en socio de Gazprom en un proyecto de planta de licuefacción. Hace tres años hubo intensas conversaciones con el gigante ruso para participar en la Baltic LNG en la provincia de Leningrado, pero todo quedó en nada ya que Gazprom desistió de esos planes por considerar que había dudas sobre la rentabilidad de una fábrica de licuefacción en esa zona.

Pero ahora se abre una nueva posibilidad para Repsol gracias al proyecto de Yamal. Verdad es que de momento la hispano-argentina no figura entre las principales pretendientes a la construcción de la fábrica, que son la anglo-holandesa Shell y la francesa Total, seguidas por las japonesas Mistui y Mitsubishi con participaciones menores. Pero mientras esta lista no sea definitiva -y no lo será hasta enero del año próximo, fecha para la que Gazprom promete haber tomado su decisión final- las puertas para Repsol están, por lo menos, entreabiertas.

Hay algunos analistas rusos, como Vitali Gromadin, de la compañía Arbat-Capital, que según el periódico Gazeta considera que Repsol tiene buenas posibilidades y que Gazprom le puede ofrecer un 23,9% de las acciones de la futura fábrica de licuefaccón a cambio de poder utilizar las instalaciones de regasificación de la hispano-argentina y de ayuda en el mercado norafricano.

La península de Yamal posee inmensas reservas de gas -se estima que en ella y en las aguas adyacentes hay 16 billones de metros cúbicos de este combustible-, pero la asimilación de esas riquezas tiene un costo muy alto, que puede llegar a los 100. 000 millones de dólares -algo más de 67.746 millones- según cálculos rusos.

Además, las condiciones técnicas para su explotación son extremadamente complejas, ya que se trata de una región de permafrost, en la que sus suelos están permamentemente congelados y donde las aguas del mar también se hielan durante meses. Y como ningún país posee en estos momentos tecnologías que garanticen el éxito del beneficio de los ricos yacimientos de la zona, Rusia no quiere asumir por sí sola el gran riesgo que conlleva la empresa. De ahí que esté interesada en la participación de empresas extranjeras en este gigantesco proyecto, que prevé que uno de sus varios yacimientos, el de Bovanenkovsk, entre en funcionamiento ya en unos dos años. Si todo va bien, Gazprom calcula que para 2030 estará extrayendo en Yamal unos 350.000 millones de metros cúbicos anuales.