El Banco de España reprocha al Ejecutivo que no tome medidas contra la inflación

El gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, dio ayer un toque de atención al Gobierno para que trate de atajar el repunte de la inflación, pese a que éste tiene un origen externo a la economía española, al mismo tiempo que ha advertido que ha reiterado sus advertencias de que hay que evitar "políticas discrecionales que puedan agotar el margen de maniobra" en referencia a la deducción fiscal de 400 euros anunciada durante la campaña electoral.

"El origen externo del episodio inflacionista al que estamos asistiendo no debe llevarnos, sin embargo, a considerar esta evolución como algo fuera del ámbito de influencia de las autoridades y de los agentes sociales", ha precisado durante su comparecencia cuatrimetral ante la Comisión de Economía y Hacienda del Congreso.

"Es un momento en el que es necesario tomar medidas y nos jugamos que el ajuste sea largo y costoso y tenemos que evitarlo"

Además, Fernández Ordóñez ha considerado que "los intentos de eludir las pérdidas de renta real que el encarecimiento de los precios y costes comporta puede terminar generando mayores tensiones inflaconistas y afectar negativamente a la creación de empleo", lo que, añadió, "tendería a intensificar y prolongar el ajuste de la economía".

Por ello, el gobernador del Banco del España ha vuelto a advertir de que mantener una senda de moderación de los márgenes empresariales y los salarios resulta más importante, si cabe, en una coyuntura como la actual, en la que "la competitividad constituye un elemento crucial".

En cualquier caso, el gobernador del Banco de España ha advertido que el incremento del IPC hasta niveles superiores al 4% en los últimos meses, arrastrado por el encarecimiento del petróleo y otras materias primas, está "desalentando el consumo" y "mermando su confianza".

"Etapa de moderación"

Respecto al crecimiento de la economía, Fernández Ordóñez ha vaticinado "una etapa de moderación" y ha reconocido que "las incertidumbres que rodean a este escenario central son mayoritariamente a la baja y procedentes, sobre todo, del exterior".

Con todo, el gobernador ha considerado que el saneamiento de las cuentas públicas "ha permitido que se pueda afrontar la desacelración de la actividad desde una posición en la que los estabilizadores automáticos pueden desplegar su potencial anticíclico". Sin embargo, en su opinión, "debe evitarse la aplicación de políticas discrecionales que puedan agotar el margen de maniobra al que podría ser necesario recurrir".

En este sentido, Fernández Ordóñez, ha añadido que las medidas anunciadas el lunes por el presidente del Gobierno, van en el sentido "correcto" para asegurar la estabilidad de las cuentas públicas y hacer frente a la desaceleración, si bien sobre la intensidad y si estas son suficientes, el gobernador prefirió guardar silencio. "Es un momento en el que es necesario tomar medidas y nos jugamos que el ajuste sea largo y costoso y tenemos que evitarlo", ha precisado.

Flexibilizar el alquiler

Frente a la crisis inmobiliaria, Fernández Ordóñez ha considerado "imprescindible" fomentar el mercado de alquiler de viviendas, con medidas como el incremento de la seguridad jurídica de los arrendadores o la eliminación de las "restricciones" en la duración de los contratos, que actualmente está fijada en cinco años, y a pesar de que la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, ha rechazado ya esta propuesta.

Después de que el Ministerio del ramo haya revelado ayer que la compraventa de viviendas ha caído un 31,8% en el primer trimestre, el gobernador del Banco de España ha reiterado en que el "ajuste" del sector inmobiliario era "necesario", aunque ha reconocido que su rápida desaceleración ha hecho más pronunciada la desaceleración de la economía española.

Por último, a preguntas del portavoz de Economía del PP en el Congreso, Cristóbal Montoro, quien ha denunciado el silencio del organismo en los meses previos a las elecciones para no influir en el resultado electoral, Fernández Ordóñez ha asegurado que "no se calló" y que ya entonces advirtió del proceso de desaceleración.