El Departamento de Justicia acusa a Arthur Andersen de un delito de obstrucción a la justicia
La compañía auditora decide declararse no culpable en el 'caso Enron'
La empresa auditora de Enron, Arthur Andersen, ha sido acusada por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos de un delito de obstrucción a la justicia en el caso que se sigue por la quiebra del gigante energético.
El subfiscal general, Larry Thompson, ha explicado en rueda de prensa que la empresa Arthur Andersen permitió la destrucción de "miles de documentos" relacionados con la auditoría de Enron, "a sabiendas" de que se había iniciado una investigación sobre el escándalo financiero.
Los responsables de la compañía auditora han reaccionado a la presentación de los cargos penales mediante un comunicado en el que acusan a las autoridades federales de "abuso de poder discrecional".
Arthur Andersen había rechazado previamente su culpabilidad en relación con el caso de la bancarrota de Enron coincidiendo con el final del plazo oficial fijado por el Departamento norteamericano de Justicia.
En una carta remitida al Gobierno, los directivos de Andersen han asegurado que si el Departamento de Justicia presenta acusaciones penales, como al final ha sucedido, sería como dictar "la pena de muerte" para la empresa, una de las cinco compañías de asesorías más grandes de EEUU.
Los responsables de Andersen también critican lo que consideran "gran abuso de poder" por parte del gobierno norteamericano y señalan que el Departamento de Justicia les concedió un plazo hasta las 9.00 hora local (las 15.00 en España) de este jueves para que respondiera si aceptaban o no declarase culpables en relación con el caso Enron.
"Entendemos que no existen bases para que el gobierno tome este paso sin precedentes de presentar cargos penales contra Arthur Andersen cuando las pruebas sobre actitud criminal por parte de la firma como institución son tan mínimas", explica en la carta uno de los abogados que representa a Andersen, Richard Favretto, que trabaja para la firma Mayer, Brown, Rowe and Maw.
La carta ha sido enviada directamente al asistente del Fiscal General (ministro de Justicia) norteamericano, Michael Chertoff, en su calidad de director de la División Judicial de ese departamento.
Destrucción de documentos
Los abogados de Andersen, que ya reconoció hace semanas la destrucción por parte de sus empleados de documentos relacionados con la bancarrota de Enron, resaltan que esa desaparición se produjo sin el consentimiento o conocimiento de la dirección.
"Incluso - agrega -, respecto a aquellas pocas personas que estuvieron envueltas en la destrucción de los documentos, hay mínimas pruebas que indican que actuaron con intento criminal de obstruir la investigación gubernamental".
"La empresa no es culpable", ha señalado un portavoz de la compañía que, por otra parte, ha intensificado en los últimos días las negociaciones con otras empresas con el objetivo de intentar que sea comprada antes del posible inicio del procedimiento judicial.
Según fuentes oficiales, el Departamento de Justicia quería que Andersen se declarara culpable y colaborara en la investigación, mientras que la firma sólo aceptaba reconocer que se cometieron irregularidades menores en su oficina en Houston (Texas), donde tiene la sede también la compañía energética Enron.
Bajo las normas de Estados Unidos, la Comisión de Cambio y Bolsa prohíbe operar a una empresa que ha sido declarada culpable de un crimen o de irregularidades.
Muchos analistas estiman que el inicio del proceso pude ser devastador para la credibilidad de Andersen, quien ya ha perdido importantes clientes en las últimas semanas, como Fedex, Freddie Mac, Merck, y Delta Air Lines Inc, entre otras.
Sin embargo, el hundimiento de Andersen dejaría a 2.300 clientes sin contabilidad ni auditoría, lo que provocaría una dura lucha entre las otras firmas para quedarse con ellos y habría un tiempo muerto por incapacidad para absorberlos rápidamente.
Negociaciones para una posible venta
Al mismo tiempo, los responsables de Andersen continúan las negociaciones para su posible venta aunque en las últimas horas dos de los principales candidatos - Deloitte & Touche y Ernst & Young - han abandonado los contactos por estimarlos muy complicados.
Por el momento se sabe que la consultora KPMG continúa interesada en una posible adquisición total o parcial de Andersen, una empresa que el año pasado tuvo una facturación cercana a los 10.000 millones de dólares y hasta ahora era la quinta más grande del sector.
En cualquier caso, estas conversaciones parecen difíciles, especialmente por el miedo a que las indemnizaciones y multas a las que tendrá que hacer frente Arthur Andersen por el caos Enron y, por tanto, también la compañía que se fusione con ella.
Esas multas e indemnizaciones no sólo están relacionadas con las acciones disciplinarias que puede adoptar la Comisión de Cambio y Bolsa o con las jurídicas del Departamento de Justicia, sino también con las demandas colectivas puestas por los empleados y los acreedores de Enron, que exigen compensaciones multimillonarias.
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