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El 'número dos' de Barberá trabajará con la Universitat en El Cabanyal

Alfonso Grau, número dos de Rita Barberá en el Ayuntamiento de la capital, se mostró ayer dispuesto a colaborar con la Universitat de València para rebajar la tensión que el proyecto de prolongación de Blasco Ibáñez ha creado en El Cabanyal.

Grau entiende que el informe, de 19 folios y varios anexos, dirigido por el vicerrector Jorge Hermosilla, cuatro decanos y tres especialistas en desarrollo local, no entra en la polémica urbanística de la ampliación. "Lo único que plantea", dijo el vicealcalde en una nota, "es que el plan ha producido confrontación social en el barrio y, en esa línea, por supuesto que nos ofrecemos a trabajar con la Universitat".

Para la elaboración del informe, la comisión se ha entrevistado con todos los actores del conflicto, incluido el Gobierno local, de ahí que la institución ofrezca su mediación a las partes.

A Grau le parece magnífica la idea de abrir el barrio a los universitarios

La Universitat, cuyos campus están próximos al barrio, propone un plan integral para reactivar El Cabanyal. Plantea que se rehabiliten los edificios del barrio que no estén afectados por la prolongación e insiste en que se les dé uso. Esta institución apoya la implantación de residencias de estudiantes en sus calles, una idea que Grau consideró ayer "magnífica" y que dijo compartir "al cien por cien".

La comisión no se disuelve tras evacuar el informe, sino que seguirá en acción para facilitar soluciones, siempre a partir de la voluntad de todas las partes por llegar a un punto de encuentro.

Antes que el vicealcalde, se pronunció sobre la iniciativa de la Universitat el portavoz socialista, Joan Calabuig. "El plan de Rita Barberá para El Cabanyal se ha convertido en inviable", dijo durante su visita ayer al Mercado de El Cabanyal. Calabuig insistió en que, desde su partido y "con una mayor receptividad de los vecinos que en ocasiones anteriores", coinciden "plenamente en que hay que buscar un clima de acuerdo en el barrio" y que este "consenso" es inexorable.

Según Calabuig, el proyecto vigente no se puede llevar a cabo por tres razones: porque el sector privado se marchó hace años, porque los mercados financiero e inmobiliario no permiten hacer cambios a gran escala en la ciudad y porque "las sentencias judiciales obligarán a hacer cambios en el plan". Calabuig explicó a los vecinos su propuesta de invertir 15 millones para revitalizar el barrio y llevar a cabo más de 60 actuaciones en un plazo de ocho años como máximo para acabar con el "abandono y la marginación" de El Cabanyal.

El Pepri que afecta el barrio se aprobó definitivamente en 2001, aunque la polémica se inició durante su fase de proyecto. La prolongación de la avenida de Blasco Ibáñez hasta la playa significa derribar 1.660 viviendas en la zona, de las cuales una quinta parte son ya de propiedad municipal. La plataforma Salvem El Cabanyal acudió a los tribunales para parar la prolongación y, tras muchos litigios, el plan sigue pendiente de los tribunales.

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