Los ingenieros espantan la crisis con más formación

Tres colegios profesionales, en representación del 75% de los ingenieros valencianos, han unido sus fuerzas para hacer frente a la crisis. El panorama no pinta bien para los ingenieros. El paro entre estos profesionales ha pasado del 0% de 2008 al 10% de la actualidad. Y, como les sucede a otras profesiones, las Administraciones públicas les está pagando con dos años de retraso. Las ingenierías y consultoras han cobrado los planes y proyectos de 2009; todo lo demás se adeuda. La aportación al PIB de la industria valenciana se ha desplomado 10 puntos en una década y la caída de obra pública no parece tener fin.

En las bolsas de empleo de los órganos colegiales no hay solo recién graduados, sino también profesionales curtidos en presas y puentes. Ayer los decanos de los colegios de ingenieros industriales, de canales y puertos y agrónomos presentaron una plataforma de formación conjunta destinada a unos 8.000 colegiados. La meta es reciclarse. Mercedes Aviñó, decana de Caminos, es concluyente: "Hay que promover un sistema de acreditación de títulos emitidos por entidades profesionales". Aviñó reclama además que las Administraciones públicas dediquen al menos un 10% de la inversión total a la construcción de infraestructuras.

Como buenos pragmáticos, todos buscan salidas profesionales. Muchas consultoras buscan encargos fuera de España, aunque, según el decano de los ingenieros industriales, Javier Turégano, tampoco es la panacea. "Se dice que Alemania y Reino Unido demandan ingenieros, pero tampoco nos llevemos a engaño, el concepto de ingeniero allí no es igual que en España", apunta. Otros, ante la ausencia de obra pública, han redirigido su negocio hacia el mantenimiento y los servicios de lo que ya está construido.

"La coyuntura de crisis, los cambios legislativos y tecnológicos nos obligan a ser más eficientes, aunando esfuerzos para maximizar los recursos disponibles", agregó el decano del Colegio de Ingenieros Agrónomos, Baldomero Segura.