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Los Príncipes visitan El Hierro para hacer ver que no hay que tener miedo al volcán

"Me recuerda al baño de Fraga en Palomares", asegura un herreño

Natalia Junquera

"Me recuerda al baño de Fraga en Palomares". Así describía Celso Lima la visita que los Príncipes de Asturias realizaron ayer a la isla de El Hierro y en especial, a La Restinga, municipio que tiene desde el pasado julio un volcán submarino que ha alejado el turismo de buceo, una de las principales fuentes de ingresos de una región ya muy castigada por la crisis. "Nos hace mucha falta que se vea que no tienen miedo y que aquí no pasa nada. Como hizo Fraga en Palomares", insistía Celso.

Los Príncipes no se bañaron, pero no pararon desde que aterrizaron en la isla, en helicóptero, hacia las 12 de la mañana (hora canaria), hasta que se fueron, pasadas las tres de la tarde. La primera parada fue el mirador desde donde mejor se puede observar la mancha que señala dónde está el volcán submarino y los gases que expulsa de vez en cuando. Tuvieron suerte, porque fue llegar al mirador y empezar a burbujear el mar, para alivio de las autoridades (presidente canario, cabildo, ministro de Industria...), que temían que no se dejase ver tan bien justo en esa precisa mañana.

Los técnicos del Instituto Geográfico Nacional les explicaron la evolución del fenómeno natural, que ha expulsado 145 millones de metros cúbicos (la capacidad de 145 estadios como el Santiago Bernabéu) de magma y cuyo cráter ha crecido 200 metros. Está a 130 metros de profundidad, y los herreños tienen todas las esperanzas puestas en que asome "por lo menos un piquito" sobre el agua para que pueda convertirse en un reclamo turístico. Mientras esté sumergido, dicen, nadie querrá venir a hacerse fotos delante. De momento, el volcán está actuando como un repelente de turistas, porque la mayoría iban a bucear.

Los Príncipes pasearon por el pueblo entre aplausos y flashes. En La Restinga viven 500 personas, pero ayer había bastantes más porque muchos habían acudido desde la capital de El Hierro, Valverde, para verlos. Además de los comentarios habituales -"¡Qué alto es!", "Qué guapa está"- entre el público también surgían conversaciones e incluso disputas sobre el asunto por el que la Familia Real ha acumulado más portadas los últimos meses: el caso Urdangarin.

"Yo creo que esto le va a perjudicar mucho", se lamentaba Rosa. "Pues yo no veo por qué, en todas las familias hay uno que te sale malo", contestaba Araceli. "Ya, pero ellos no son una familia como la tuya y la mía".

También, como era el cumpleaños de don Felipe (44), los herreños debatían sobre cuánto le faltaba para convertirse en Rey. "Le quedan diez años más de Príncipe", opinaban Leonardo y su mujer, Pilar. "Debería serlo ya", decía Marisol. "Está preparadísimo". "Yo creo que va a tener que esperar 15 añitos más. Todo el mundo se da cuenta de que lo de Urdangarin le ha perjudicado mucho porque lo que ha hecho va en contra de la imagen de la Corona", analizaba Antonio Víctor.

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Entre el público, una señora llamada Sila agitaba orgullosa el ejemplar de una revista del año 1973 cuya portada recogía una visita a la isla de los Reyes, entonces todavía Príncipes. "¡En una fotografía interior sale mi marido de espaldas!". Sila era de las partidarias de que don Felipe se convierta pronto en Rey. "Está listo. Y ella también", zanjaba refiriéndose a doña Letizia.

Pero la más contenta de todas- entre un público mayoritariamente femenino- parecía Juana Martín, propietaria de la zumería La Restinga, que ayer sí, estaba a rebosar de gente. "¡Qué vengan todos los días los Príncipes!", decía. "Espero que su visita sirva para dar un poco de tranquilidad a la isla. Lo estamos pasando fatal. Están cerrando muchos bares porque no viene gente y están los barcos amarrados sin poder pescar, que es a lo que se dedica mi hijo. Un desastre".

Los Príncipes visitaron también la Central Hidroeólica de El Hierro, que se prevé entre en funcionamiento este año y con la que esta pequeña isla podría convertirse en el primer territorio aislado del mundo que se autoabastece con energías renovables. "Antes del volcán, esto era por lo que éramos famosos", lamentaba un herreño.

Los Príncipes hablan con algunos niños y niñas del colegio de La Restinga, en El Hierro.
Los Príncipes hablan con algunos niños y niñas del colegio de La Restinga, en El Hierro.DESIREE MARTÍN (AFP)

El 44 cumpleaños

El Príncipe cumplía ayer 44 años, dato que se sabían bien los herreños, que le cantaron el cumpleaños feliz no menos de 14 veces durante las tres horas que pasó en la isla. Los primeros en hacerlo fueron los niños del colegio de Infantil y Primaria de La Restinga, que le esperaban con una enorme pancarta -algunos no asomaban la cabeza por encima de ella-, un libro que habían elaborado contando sus experiencias con el volcán -fueron evacuados varias veces- y nervios que provocaron escenas divertidas.

Vestidos de domingo y con las trenzas perfectas, niños y niños aguardaban a la pareja. Uno se impacientó y empezó a gritar: "¡Felipe!, ¡Felipe!", tan fuerte que asustó a su compañero, que empezó a llorar y contagió a otro. A los Príncipes debió de sorprenderles las caras mustias de algunos de los escolares cuando finalmente llegaron a su posición. Don Felipe y doña Leticia les acariciaron uno a uno. Fueron, de lejos, los que más atención acapararon de la pareja.

Otros más mayores también lograron estrechar la mano de los Príncipes, mientras no paraban de hacerles fotos. Don Felipe y Doña Letizia también tuvieron la oportunidad de felicitar a Herminia González, la persona de mayor edad de La Restinga, que ha cumplido 102 años.

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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