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El nacionalismo gallego afronta su cita clave con riesgo de escisión

Partido en dos, celebra la asamblea más decisiva en 30 años

La unificación del nacionalismo gallego de izquierdas fue un proceso largo y tortuoso que desembocó, hace tres décadas, en el pabellón coruñés de Riazor. Allí confluyeron partidos comunistas y socialistas radicales para fundar el Bloque Nacionalista Galego (BNG). Ayer y hoy, más de 5.000 militantes de la organización deciden en Santiago de Compostela el rumbo y los rostros de una organización partida casi a la mitad y que ha perdido apoyos electorales de manera prácticamente continuada desde 2001, cuando encabezaba la oposición a Fraga. "No está en juego la unidad del Bloque", repetía como una conjura el viernes Carlos Aymerich, portavoz parlamentario y aspirante a candidato a la Xunta. Pero el fantasma de la escisión, por la izquierda y por la derecha, no ha dejado de planear sobre el BNG estos dos últimos años.

El BNG ha perdido apoyo electoral de manera continuada desde 2001

La caída del Gobierno de coalición entre socialistas y Bloque, debida a la pérdida de un diputado nacionalista en marzo de 2009, hizo reventar las costuras que cosían a las familias del nacionalismo. Las disensiones personales y los reproches ideológicos, en ocasiones de crudeza extrema, abandonaron las salas de reuniones y saltaron a la prensa. Apenas dos meses más tarde, Anxo Quintana, exvicepresidente de la Xunta de Pérez Touriño que había tratado de llevar al centroderecha a los nacionalistas, dejaba la nave. Al timón quedó el actual número uno de la formación, Guillerme Vázquez, tras derrotar a Aymerich por un estrecho margen. Exdiputado en el Congreso y concejal en Pontevedra, Vázquez asumió el mando con el apoyo de la Unión do Povo Galego (UPG), fuerza matriz del Bloque que se define comunista. Ahora intenta repetir en el puesto, el de portavoz nacional. Precisamente en su oponente interno reside la principal sorpresa de los movimientos previos a esta Asemblea Nacional: Xosé Manuel Beiras.

A sus 75 años, el histórico catedrático de Económicas, bajo cuya égida el BNG pasó de uno a 18 diputados y superó al PSdeG en el Parlamento gallego, regresa a primera línea. Arropado por el Encontro Irmandiño, lo hace con un discurso crítico con la deriva de la forma partido y después de amagar con la ruptura en numerosas ocasiones. Y gracias a un pacto con la facción que encabeza Carlos Aymerich, de nombre Máis Galiza y de proyecto socialdemócrata. "Refundar y regenerar el BNG", reza la divisa que los ha unido, contra todo pronóstico, para hacer frente al dominio del aparato que, acusan, ejerce la UPG. "Recuperar la cordialidad interna" y abrirse a la sociedad es la letanía con la que buscan el favor de la afiliación. Veteranos del antifranquismo, como el exparlamentario europeo Camilo Nogueira o el exdiputado Xesús Veiga, forman en el acuerdo.

Al otro lado tiran de programa. Alternativa pola Unidade (ApU) -la marca con la que la U entra en combate asambleario- ha presentado a la militancia unas tesis en las que, por primera vez, dibujan un horizonte independentista. "Queremos debatir de ideas, no de personas", insisten. Para optar a candidato a presidente, han elegido a Francisco Jorquera, portavoz en el Congreso y una de las caras más conocidas del Bloque. En este cónclave, ApU ha concitado respaldos menos previsibles -la diputada Carme Adán, ex responsable de Igualdade con Quintana en el bipartito- o la escritora Teresa Moure, y ha rebajado el tono beligerante. Se juega no bajarse de la cabina de control a la que está subida la UPG desde que, en 1982, puso el esqueleto orgánico del Bloque. Una tercera corriente, Movemento Galego ao Socialismo, minoritaria y separada del tronco de la UPG por la izquierda, también presenta lista al Consello Nacional, máximo órgano entre asambleas de la organización.

Pero, pese a los sonoros rifirrafes, en algo coinciden públicamente: todos pretenden mantener "la pluralidad y unidad de la casa común del nacionalismo".

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Los dirigentes del BNG cantan el himno gallego al comienzo de la 13ª asamblea nacional.
Los dirigentes del BNG cantan el himno gallego al comienzo de la 13ª asamblea nacional.XOAN REY (EFE)

Nombres e ideas

- Alternativa pola Unidade. Nucleada por la comunista UPG, es la corriente dominante y a la que pertenece el actual portavoz, Guillerme Vázquez, que opta a la reelección. Para candidato a la Xunta, presenta al diputado en el Congreso, Francisco Jorquera.

- Máis Galiza. Su espectro ideológico va del centro a la socialdemocracia. La segunda facción interna impulsa al portavoz parlamentario Carlos Aymerich para optar al Gobierno de Galicia.

- Encontro Irmandiña. Su pacto con Máis Galiza ha propiciado el retorno de Xosé Manuel Beiras, que disputará la portavocía nacional con tesis cercanas al socialismo radical.

- Movemento Galego ao Socialismo. El menor de los sectores en liza y de retórica izquierdista, lo lidera el poeta Rafa Villar, exportavoz de la plataforma Nunca Máis.

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