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López asegura que encontró a Rajoy "receptivo" al acercamiento de presos

El Gobierno no comparece pero La Moncloa explica que no cambia su posición

Carlos E. Cué

El asunto político más delicado al que se enfrenta el Ejecutivo de Mariano Rajoy es el de la manera de gestionar el final de ETA. Por un lado, tiene a una parte del PP y de los medios de comunicación conservadores presionando para que no mueva un músculo. Por otro, el PNV, el PSE e incluso en ocasiones el PP vasco empujan para que se trate como un asunto de Estado en el que, dentro de la ley, hay que hacer cosas. Y lo que Rajoy dice en privado parece bien distinto a lo que señala en público, a tenor de todos los indicios. El socialista Patxi López remató ayer esa impresión.

El lehendakari salió de su primer encuentro en La Moncloa con el presidente del Gobierno con una evidente satisfacción. Tanto que llegó a decir que había encontrado a Rajoy "receptivo" con su planteamiento de que hay que revisar la política penitenciaria para, siempre dentro de la ley -recordó varias veces que la reinserción como objetivo de la prisión está en la Constitución- ayudar al final de ETA con acercamientos de presos y terceros grados para los enfermos graves.

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"La posición del Gobierno debieran transmitirla ellos, pero estoy convencido de que antes o después el Gobierno acabará implementando una política penitenciaria que yo no llamaría ni siquiera más flexible, porque estamos hablando de aplicar la legalidad".

El Gobierno, en contra de lo que era habitual, no compareció después. Ayer fuentes del entorno del presidente se limitaron a comentar desde La Moncloa que Rajoy "mantiene su posición" sin mayores explicaciones. El PP insiste en que hasta que ETA no se disuelva, nada, pero no parece esa la impresión que sacó López.

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Tanto los nacionalistas del PNV, muy interesados en este asunto -el martes visitará La Moncloa su presidente, Íñigo Urkullu- como los socialistas están convencidos, por lo que les llega en privado del Gobierno y del PP, de que el Ejecutivo dará pasos tal vez después del verano. Rajoy ya dijo en tono críptico en el debate de investidura que estaba dispuesto a "ayudar" al fin de ETA.

Desde el PSE llega un mensaje político muy claro que el lehendakari transmitió ayer al presidente del Gobierno: si no se hace nada, se corre el riesgo de que la izquierda abertzale utilice el victimismo para arrasar en las urnas en las elecciones vascas de 2013 y formar así un Gobierno independentista, un problema político mayúsculo. El lehendakari incluso admitió en la rueda de prensa que había planteado a Rajoy que la izquierda abertzale, que ya está en las instituciones a través de Bildu, debería tener la posibilidad de formar su propio partido legal con Sortu. El lehendakari insistió tras varias preguntas en que no le había pedido nada a Rajoy, porque nada se puede hacer sobre una cuestión legal desde el Gobierno, pero sí lo dejó como reflexión.

Diversas fuentes coinciden en que López y Rajoy, que apenas se conocían, lograron en su primer contacto relevante una importante sintonía. Es cierto que entre las características del presidente está la de huir del conflicto en directo, lo que hace que la mayoría de sus interlocutores salgan muy satisfechos pensando que le han convencido. Aunque él, fiel a su estilo, nunca se compromete a nada. También hablaron ayer de la crisis económica, y el lehendakari trasladó su idea de que los recortes están matando la economía y hace falta más inversión pública para reflotarla.

En cualquier caso el asunto del final de ETA era la clave de la cita. López está muy preocupado con la posibilidad de que la izquierda abertzale logre ganar la batalla del relato del fin de ETA. Y fue muy vehemente en la rueda de prensa. "Esto no ha sido un regalo de los violentos sino una victoria de los demócratas. No debemos permitir que ganen la batalla los grupos que han apoyado el terrorismo porque no lo merecen. Vivimos en Euskadi ese tiempo largamente soñado y debemos aprovecharlo para cerrar de una vez el ciclo terrorista. Este nuevo tiempo debe construirse sobre la memoria, la verdad y la justicia. No estoy dispuesto a que se pase página, seríamos una sociedad amoral".

Pero también pidió espacio para la izquierda abertzale en política si rompe con ETA. "Yo no soy fariseo. Si toda la vida estamos pidiendo a ese mundo que abandone la violencia, que deje de darle cobertura, ¿por qué cuando empiezan a dar los pasos le queremos poner todos los muros?. Yo he creído siempre en lo mismo. La democracia no es una ciudad amurallada".

Mariano Rajoy y Patxi López, antes de comenzar su reunión en La Moncloa.
Mariano Rajoy y Patxi López, antes de comenzar su reunión en La Moncloa.ULY MARTÍN

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