"No conseguía el oxígeno suficiente"
Djokovic, con problemas respiratorios y físicos, se cita con Murray tras batir a Ferrer
De la rapada calavera de Gebhard Phil-Gritsch surgen las preguntas y las órdenes. Este es el preparador físico que consiguió que el austriaco Tomas Muster volviera a la élite tras ser atropellado y quedar postrado en una silla de ruedas. Este es el hombre que pasadas las 23.00 de Melbourne aparca su corpachón a la puerta del vestuario. Este es quien habla con el mánager del serbio Novak Djokovic, vencedor (6-4, 7-6 y 6-1) de David Ferrer en cuartos de final, para que la rueda de prensa del número uno mundial se organice en función de una acción prioritaria: "¡El baño de hielo! ¡El baño de hielo!", ordena.
Esto es lo que ha ocurrido antes. La noche es fría, pero Nole jadea como si estuviera en el desierto. Un pelotazo de Ferrer le ha roto el saque (6-4 y 2-2), obligándole a estirarse tan exageradamente como para que suelte un grito y se agarre una pierna. Durante todo el segundo set, el serbio está grogui. No llega al 50% de primeros saques. Apenas se mueve al resto. Boquea. Ofrece opciones de break. Cede por dos veces la ventaja en el desempate. Acaba imponiéndose por los nervios del rival, fallón en los momentos decisivos, y su gran talento. El británico Andy Murray, su rival en semifinales, observa los durísimos intercambios a los que el español obliga al serbio, y en su sufrimiento, teñido de quejas, ve una puerta a la esperanza.
"Sentí un dolor repentino que por suerte no siguió ahí mucho tiempo", explica luego el máximo favorito al título. "David te hace correr. Me siento en forma... pero durante el partido empezó a resultarme muy difícil respirar. Durante todo el día, sentí que mi nariz estaba un poco cerrada. No conseguía el oxígeno suficiente. No me preocupa. Se trata simplemente de respirar mejor por la nariz".
Nole, operado en su día de la nariz, consideró que confirmar que hace yoga para abrir las vías respiratorias era como revelar un secreto. Dos cosas quedaron claras. La primera: "Mantener el ritmo que impone es muy difícil. Si tuvo un problema, cojo y todo me ha ganado", dijo Ferrer. La segunda: Murray, especialista en largos intercambios, está ante un escenario inesperado. Djokovic, intratable en 2011 y espléndido en lo que va de torneo, también es humano.
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