Perdidos entre dinosaurios

Desde la conclusión de Perdidos la búsqueda de una alternativa a las comedias de situación, a los dramas hospitalarios o a los repetitivos episódicos policiacos ha sido infructuosa. Además de costosa. Una búsqueda a la que se suma Terra nova, nueva serie dramática que parte de un mundo preapocalíptico en el futuro, más concretamente en 2149, para perder a sus protagonistas en un pasado muy distante, 85 millones de años atrás, una prehistoria a la que llegan mediante una especie de "túnel del tiempo" y desde la que intentan mejorar las posibilidades de supervivencia de la raza humana.

Una premisa a caballo entre Parque Jurásico y Avatar que se ha convertido en la apuesta más cara de la televisión estadounidense, con un coste de 20 millones de dólares (15,3 millones de euros) por un episodio piloto de dos horas (un episodio dramático de una hora suele costar una décima parte), además de una de las más tumultuosas, con problemas entre sus guionistas, en el rodaje o, incluso, con sus creadores.

Spielberg figura como productor, pero él admite que tiene poco que ver

Como resumió Stephen Lang, uno de sus protagonistas y conocido entre el público por su trabajo en Avatar, es imposible negar que Terra nova es "una montaña rusa". "Lo más importante es que en el corazón de la serie, entre todos los efectos especiales y en medio de una trama de ciencia ficción, estamos contando la historia de una familia, de los Shanon", aclaró el irlandés Jason O'Mara, actor protagonista al frente de esta familia televisiva. O'Mara le da el crédito de esta creación a Steven Spielberg, cuyo nombre figura como productor ejecutivo y cuyo sello se deja sentir especialmente en el episodio piloto. "No es solo su conexión con los dinosaurios sino su sensibilidad", subrayó Lang. Un nombre que, naturalmente, atrajo a la audiencia a ver una serie que debutó con 9,22 millones de espectadores en EE UU y buenas críticas. Sin embargo, la participación de Spielberg es algo más que dudosa. "La verdad es que no sé cómo lo hace porque nunca le vemos", declaró O'Mara a este periódico.

Spielberg, con honestidad, aclaró el misterio asegurando que realmente tiene poco que ver con Terra nova. "Me ofrecieron un guion que me gustó y dije que sí a que pusieran mi nombre. Pero después escogieron el reparto sin mí, que es bueno pero no necesariamente todos los que habría elegido, y con el resto tengo poco que ver. Decir que Terra Nova cuenta conmigo sería mentir", dijo el realizador a este medio decantándose por otras series de su cuño como Falling skies o la futura Smash. O incluso Modern family, "con la que no tengo nada que ver pero que es mi serie preferida". Pero él fue el responsable de la elección de Lang para el papel del comandante Taylor, el tipo duro de la serie.

La ficción, que estrena mañana la cadena Fox (dial 21 de Digital +), también sufrió cambios entre su plantel de guionistas, el rodaje, en un decorado práctico construido en medio de una selva australiana, se vio afectado en numerosas ocasiones por el azote de los elementos y el proceso de posproducción se alargó mucho más de lo habitual. Sin embargo, cuando Terra Nova parecía abocada a un costoso fracaso supo encontrar a su público concluyendo la emisión de la primera temporada en EE UU con una media de 7,52 millones de telespectadores enganchados a este paraíso perdido en el pasado. "La serie apela a algo básico en nuestro ADN, la esperanza de un futuro, y haciendo una advertencia al mundo en el que vivimos pero sin ser una serie didáctica", afirmó Lang. Muy al contrario, Terra Nova es descrita como "la serie con los efectos especiales más impresionantes vistos jamás en televisión".