Sin más alforjas que el talento
En la sala pequeña del Teatro Español no hay algo común. Hay un pequeño espectáculo, José K. torturado, cuya única ambición tiene que venir del espectador que quiera ver una pequeña joya que reúne a tres hombres excepcionales ejerciendo su oficio. Uno, Javier Ortiz, murió aún joven hace dos años y ha pasado a ser un autor de culto. Otro, Carles Alfaro, es un director silencioso que deambula por el panorama escénico español sin más alforjas que las de su gran talento. Por último Pedro Casablanc, brillante actor que se mete bajo la piel de un terrorista y hace que nos preguntemos sobre las perversiones de las que es capaz el hombre.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.