Misión: salvar Hollywood

No la veremos dando relumbrón a premières, ni posando en alfombras rojas con vestidos prestados, ni siquiera resulta fácil encontrar una foto suya. Sin embargo, Megan Ellison, de 25 años, ocupa un lugar destacado en la lista de las mujeres clave en la industria del cine que regularmente apunta su boletín oficial, The Hollywood Reporter. Y eso que el año pasado, por estas fechas, casi nadie sabía quién era. Hasta que se plantó en el Festival de Cannes y se hizo con los derechos de la franquicia Terminator por 20 millones de dólares. Con la promesa incluida de recuperar al exsenador Schwarzenegger para la causa.

Fue entonces cuando algunos repararon en que en la nutrida lista de productores ejecutivos de la laureada Valor de ley, de los hermanos Cohen, figuraba su nombre. Ni siquiera sus compañeros de créditos la conocían, aunque sí a su hermano mayor, David, que también cuenta con su propia productora cinematográfica, pero que anda más centrado en megaproyectos tipo la resurrección de Misión imposible o la secuela de Star Trek.

Pagó 20 millones por resucitar 'Terminator' y recuperar a Schwarzenegger

Megan, en cambio, se ha convertido en el nuevo tótem para los realizadores de clase A que buscan dar un barniz indie a sus producciones. Kathryn Bigelow (En tierra hostil), por ejemplo, ha tenido paralizada su esperada película sobre la caza y captura de Bin Laden hasta que esta jovencita le ha inyentado unos cuantos milloncejos desde su productora Annapurna Pictures. Se suma así a Paul Thomas Anderson (a quien producirá dos filmes, uno de ellos inspirado en el fundador de la cienciología Ron Hubbard), el guionista de En tierra hostil Mark Boals (que prepara una cinta sobre Julian Assange) o la reunión de Charlie Kaufman y Spike Jonze en una peli de terror.

Pero ¿de dónde sale este chorreo de pasta? ¿Quién es esta chica que en época de vacas escuálidas aspira al trono de Harvey Weinstein del siglo XXI? La respuesta está en su padre, Lawrence J. Ellison, magnate de Silicon Valley y fundador de la compañía de software informático Oracle. Según Forbes, el tercer hombre más rico de EE UU, con una fortuna personal de 33.000 millones de dólares.

Megan creció recibiendo visitas en casa de Steve Jobs, íntimo de su padre, o compartiendo vacaciones en yate con David Geffen. De hecho, dicen que el capo de Dreamworks ha sido el mentor de esta joven productora. Aunque son muy pocas las informaciones que trascienden sobre ella, que se niega a conceder entrevistas. Eso no quita que siga acaparando noticias. La última, esta misma semana, que Steven Soderbergh también ha volado bajo su ala para sacar a flote su próxima película.