El "pulso firme" que atará los recortes sanitarios
No era la mano derecha de Pilar Farjas, sino la de Feijóo. Rocío Mosquera (Gomesende-Ourense, 1956) tiene ese perfil de técnico -que ahuyenta incluso las ideologías- y de fidelidad al presidente de la Xunta, que acaba de poner ahora sobre la mano firme de esta mujer la que, según el vaticinio de sindicatos y oposición, será la "carrera definitiva de la privatización" de la sanidad gallega.
Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Santiago, la nueva conselleira de Sanidade se fajó en la Administración pública, en un puesto secundario, con el joven Feijóo, que entonces emergía a la vida pública en la secretaría técnica de este gabinete de la Xunta que entre 1991 y 1996 presidió Romay Beccaría. Gestión administrativa y sanitaria en entidades privadas como el consorcio Fátima o Povisa de Vigo pusieron más tarde a prueba la firmeza de su pulso. Nunca le tembló. Ni siquiera para negociar, ya como gerente del Sergas, los conciertos con su antigua empresa, con la que acabó chocando estrepitosamente.
Su "mano dura" es legendaria. Los delegados sindicales que negociaron con ella en algún momento apelan a su "firmeza, inaccesibilidad y escasa flexibilidad". "Que levante yo la voz, que soy de CC OO... Pero que lo haga ella, te deja de piedra", ofrece una pincelada de su talante Lola González, la portavoz sanitaria de este sindicato en Galicia. Ella, y otros sindicalistas, recuerdan como exponente de su "puño de hierro" la reflexión que le atribuyen para cuestionar la rentabilidad laboral de los sanitarios: "El problema es que la sanidad está muy feminizada", aseguran que destacó impertérrita. "No es una mujer de partido, ni mucho menos de Farjas", dicen los que la han tratado. Es esa profesional del perfil de Feijóo que explicó a los colegios médicos los aspectos de la ley del aborto "sin cuestionar un ápice la ética". Sacó su mano firme y expuso llanamente solo los escollos técnicos.
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