Feijóo aligera la Xunta para la recta final

Cinco días después, Feijóo despejó las incógnitas. A las anunciadas salidas de la Xunta de las conselleiras de Sanidade y Facenda, Pilar Farjas y Marta Fernández Currás, conocidas desde el pasado jueves, se sumaron ayer otras dos, la de los titulares de Cultura, Roberto Varela, y Medio Rural, Samuel Juárez, en los cuatro casos para ocupar cargos de segundo rango en la Administración central. El presidente de la Xunta anunció oficialmente los recambios, que se realizarán con solo dos altas. Se trata de las sustitutas de Farjas y Fernández Currás: Elena Muñoz y Rocío Mosquera, respectivamente, que ya ocupaban cargos en los departamentos que ahora dirigirán, por lo que el Ejecutivo pasa de diez a ocho consellerías. Las competencias de Varela y Juárez se las repartirán las carteras de Educación, Medio Rural y la propia Presidencia de la Xunta, que se queda con Turismo.

Samuel Juárez será nombrado delegado del Gobierno en Galicia

En una breve comparecencia pública, Feijóo presentó la remodelación como una apuesta por la "continuidad" y por "profundizar en las políticas de austeridad", aunque no pudo cifrar el ahorro que supondrá la supresión de dos consellerías. Los cambios se concretaron antes de que se conociesen los destinos políticos de Juárez y Varela, que Feijóo consultó con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. El futuro del primero será la Delegación del Gobierno en Galicia. Varela, mientras, está a la espera de un destino, probablemente en el extranjero aprovechando su condición de embajador. Estaba en el punto de mira de un sector del PP, del que no es militante, entre ellos el alcalde de Santiago, Gerardo Conde Roa, principal víctima política de la paralización de la Cidade da Cultura. Los recortes encubiertos en Sanidade y los incendios de octubre, mientras, lastraron a los cesados Farjas y Juárez.

La nueva conselleira de Sanidade, Rocío Mosquera (Gomesende, Ourense 1956), era desde mayo de 2009 gerente del Servizo Galego de Saúde (Sergas). Licenciada en Medicina y Cirugía, tiene plaza como inspectora médica de la Seguridad Social. Considerada una amiga personal de Feijóo más que de la conselleira Farjas, para la que trabajó hasta la fecha, su última etapa profesional antes de incorporarse al Sergas la desempeñó en el ramo de la sanidad privada, como gerente de un hospital del grupo Nosa Terra, propietario de Povisa. Elena Muñoz (Madrid, 1971), mientras, accede a Facenda por recomendación de su antecesora, la única de las cuatro bajas que Feijóo puede considerar imperativa. Licenciada en Ciencias Económicas y miembro de la escala superior de finanzas de la Xunta, Muñoz ha sido el mismo camino que Currás: al igual que ella, ha sido interventora general de la comunidad autónoma antes que conselleira.

Mosquera y Muñoz, ambas sin militancia en el PP, tomarán posesión de su cargo esta misma mañana, para incorporarse después a su primer Consello de la Xunta. Su futuro estará marcado por los recortes, a los que se someterá la primera para hacer frente a la merma presupuestaria y la segunda, para cuadrar unos presupuestos que posiblemente deban ser ajustados cuando el Gobierno de Rajoy apruebe los suyos. La titular de Facenda también deberá afrontar la crisis de Novacaixagalicia y la difícil recapitalización de Novagalicia Banco para recuperar la participación aportada por el FROB.

Los conselleiros que ganan peso en la nueva Xunta, formada además de por el presidente por cuatro hombres y cuatro mujeres, son los de Educación, Jesús Vázquez, y Mar, Rosa Quintana, que asumen las competencias de Cultura, sin Turismo, y de Medio Rural. Aunque sus atribuciones siguen intactas, la crisis ha reforzado el protagonismo del conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, el miembro del Gobierno con el que Feijóo cerró la remodelación la noche del lunes en su residencia oficial de Monte Pío, y el único que acompañó ayer al presidente en la comparecencia en la que anunció los cambios. Otro de los ganadores de la reestructuración ha sido el titular de Economía e Industria, Javier Guerra, al que casi todas las quinielas situaban fuera de la Xunta tras las sucesivas crisis del Igape.