Tensión máxima entre los ministrables
Rajoy guarda hasta el último minuto el secreto y desquicia a los aspirantes
El poder se expresa de muchas maneras. Pero ninguna tan evidente como la de nombrar a los subordinados. Mariano Rajoy, que siempre fue un hombre de poder y nunca de oposición -aunque ha estado allí casi ocho años-, ha decidido exhibirlo desde el primer minuto. Ayer aún no había llamado a los ministrables, según varios dirigentes, lo que mantenía a todo el partido, pero en especial a los aspirantes más claros, en un estado de tensión difícil de describir.
Después de las emociones de la mañana, en las que fue elegido presidente tras ganar las elecciones al tercer intento, Rajoy se fue a su despacho en la calle Génova a rematar su Gobierno. Según varias de las personas cercanas, el Ejecutivo no estaba cerrado hasta ayer. Rajoy lleva semanas barajando 20 nombres y pensando en los descartes, dicen los suyos. Y hasta el último minuto no los remató. Su entorno insistía en la posibilidad de que haga las llamadas pertinentes incluso hoy mismo, y no anoche, para evitar filtraciones a la prensa. Rajoy se puede permitir ese lujo con los ministrables que son del partido. Ninguno le dirá que no. Al contrario. Pero tiene más riesgos si espera hasta el final para llamar a algún independiente que pierda mucho dinero y condiciones de vida. Porque el sueldo de ministro es cinco o diez veces menor que el de casi cualquier ejecutivo de primer nivel. Aun así, los suyos insistían en que es difícil decir no al presidente, y en cualquier caso siempre hay varias opciones.
Mientras dilucidaba su Gobierno, Rajoy recibió la llamada de Barack Obama, el presidente de EE UU. No le había felicitado hasta ahora porque suele esperar a que los candidatos sean investidos. Hablaron unos 10 minutos -con intérpretes-. Obama le llamó "para felicitarle por su triunfo electoral y para subrayar el apoyo de EE UU a su agenda de reformas económicas", según la Casa Blanca. El PP dijo además que habían hablado de mantener unas "relaciones excelentes". También llegó un mensaje de Angela Merkel. Su portavoz, Steffen Seibert, dijo: "El Gobierno Federal confía en la pronta implementación de las medidas para el refuerzo de la competitividad de España", medidas que, reconoció, supondrán "un gran sacrificio".
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