Chicano, un artista poliédrico

Eugenio Chicano (Málaga 1935) puede estar satisfecho con el año que acaba. Su 75º aniversario ha copado buena parte de la agenda cultural de la capital malagueña durante 2011, con una decena de actividades que sobre su figura y su obra se han celebrado gracias a la iniciativa comandada por distintas instituciones de la ciudad, como el Ayuntamiento, la Diputación, la Universidad, el Ateneo, Unicaja, la Peña Juan Breva y la Sociedad Económica de Amigos del País.

El Año Chicano, que así se llama la iniciativa, concluye con una antológica sobre su obra, Eugenio Chicano. Pinturas 1956-2010, que puede visitarse en el Museo del Patrimonio Municipal hasta el próximo 12 de febrero y que, a través de una selección de unas 65, recorre la trayectoria artística y la diversidad de temas y técnicas que ha cultivado a lo largo de su vida pictórica.

"Es el primer pintor pop de Andalucía", señala la comisaria de la exposición

La muestra recoge desde sus primeros paisajes urbanos hasta sus retratos

Chicano inició su trayectoria artística en Vélez-Málaga de forma autodidacta, siendo sus primeras obras paisajes urbanos y de la vega de Vélez. De ahí pasó a la figura humana, los oficios del mar y las tradiciones, ya que, como indica la comisaria de la muestra, Mari Luz Reguero, "Eugenio Chicano es un pintor completo, a la antigua", muy interesado por la incorporación de "lo vernáculo y popular".

Algo que no impidió que siempre mostrase un gran interés por lo más actual, incorporando bien pronto técnicas y materiales contemporáneos como el acrílico y la pintura industrial. De hecho, la comisaria resalta que se trata del "primer pintor pop de Andalucía y de Málaga adscrito en su momento", al tiempo que subraya que, a pesar de ser "único y distinto" al resto de pintores de su generación, "no se ha sumido en la inseguridad" que pueda generar esa soledad. "En este caso se observa seguridad en sus pinturas y autodidactismo en el arte", afirma la comisaria de la exposición.

La exposición recorre las diferentes etapas por las que ha transitado Chicano en su carrera, desde sus inicios pleinaristas -primeras obras de paisajes urbanos o de la vega de Vélez, donde pasaba sus veranos-, hasta sus últimas visitaciones del bodegón clásico y las naturalezas muertas.

Entre estas etapas se adentraría en el arte crítico y la nueva figuración; caería atrapado por la magia del cine y dedicaría varios años de su producción a otros temas como la copla, las torres almenaras semiderruidas que jalonan la costa malagueña e incluso regresaría de nuevo al paisajismo, cuando en la década de los noventa se reencuentra a sí mismo en la serie Suite Málaga.

En ella, los paisajes y personajes de su entorno fueron recuperados "desde una comprensión vitalista, a veces explícitamente sensual, a veces irónica, a veces cáustica".

También se pueden ver obras de su etapa Homenajes (1975-1981). Con una técnica cercana a la del montaje -heredera del collage visual- Chicano acumula e interrelaciona elementos iconográficos y elementos anicónicos (sin decoración figurada) mediante los que cita referencias de su propio acervo cultural. En sus figuras, que aquí son auténticos retratos, Chicano se reencuentra con Picasso, Gris, Machado, Juan Ramón Jiménez, Granados, los poetas de la Generación del 27, Pablo Neruda y Miguel Hernández y, junto a ellos, con Pastora Pavón, Niña de los Peines, entre otros, "pues en el imaginario de Chicano no existen diferencias entre la cultura de élite y la cultura popular", según Reguero.