Jugones para limpiar la mala imagen

Nunca había esperado David Stern unas navidades con tanta ansiedad, al menos desde que es el comisionado de la NBA, cargo que asumió en 1984. Desde entonces, un montón de episodios han sacudido a la deslumbrante Liga, desde la lacra de la droga y la truculencia de sucesos con armas de fuego y jugadores de por medio o peleas monumentales en alguna cancha, hasta la pérdida de números uno por factores diversos, como el virus del sida contraído por Magic Johnson en 1992 o la retirada temporal de Michael Jordan para dedicarse al béisbol un año después. Sin olvidar que ya se produjo un cierre patronal en 1999.

Pero nunca se atrevieron los jugadores a criticar tan abiertamente a Stern como ahora, por su proceder durante el lockout y por su veto al trueque pactado por Nueva Orleans, Lakers y Houston y que debía llevar a una figura como Chris Paul al equipo de Los Ángeles, mientras que Odom pasaba a los Hornets y Pau Gasol a los Rockets. Stern, presionado por algunos propietarios, vetó ese trueque y Chris Paul ha acabado en Los Ángeles, pero para jugar con los Clippers, no con los Lakers. Tampoco nunca se atrevieron jugadores del nivel de JR Smith, Wilson Chandler, Kenyon Martin y Brooks a olvidarse de la NBA para jugar en China, o a otros a desafiarla compitiendo en Europa, fuera temporalmente, o con todas las de la ley, caso de Krstic, Vujacic y tal vez Kirilenko.

El base español dio siete asistencias con Minnesota en su debut en la pretemporada

Nada es más refrescante que la vuelta de las figuras a las canchas para mitigar las abrasivas polémicas que han zarandeado la NBA. El día de Navidad empieza la temporada que debió dar inicio el 1 de noviembre y que ha quedado reducida a 66 de los 82 partidos que normalmente disputa cada equipo en la fase regular. El arranque será a lo grande, con encuentros tan esperados como el Nueva York-Boston, el Dallas-Miami y el Lakers-Chicago. Este fin de semana han dado inicio los amistosos de pretemporada. Se ha vuelto a comprobar la pericia de la NBA a la hora de vender su producto. Se tomó como un acontecimiento el estreno de Ricky Rubio con Minnesota. Respondió el base español con el desparpajo que le ha distinguido en su precoz carrera. No salió de titular -lo hizo Ridnour-, pero cuando compareció en la cancha se mostró a la altura de las expectativas del público que casi llenó el Target Center de Minneapolis y de las cámaras que se centraron en él. Ganaron los Wolves a Milwaukee por 117-96 y Ricky concluyó con seis puntos (1-4 de dos, 0-1 de tres y 4-4 en tiros libres), seis rebotes, siete asistencias, dos robos y una pérdida de balón en 24 minutos. El base de 21 años, criado en el Joventut y campeón de la Euroliga y de la Liga con el Barcelona, fue portada de la página oficial de la NBA. Los mejores de los Wolves fueron Kevin Love, Barea, que jugó muchos minutos en la posición de escolta, Beasley y el número dos del último draft, Derrick Williams, al que Ricky asistió en un alley oop, la jugada más espectacular del partido.

La NBA vendió la actuación de Ricky y también la de Kyrie Irving, el número uno del draft, que ha recalado en Cleveland y que anotó 21 puntos en la victoria ante Detroit por 87-91. No pudo ilustrar mejor el estreno de Tyson Chandler, el expívot de Dallas y uno de los fichajes más sonados, que solo anotó cuatro puntos para los Knicks en su triunfo en Nueva Jersey (83-92).

Todavía no ha vuelto a la actividad Marc Gasol tras haber firmado su nuevo contrato con Memphis, debido a unas molestias en la pierna izquierda. En los Ángeles, existe mucha expectación ante el posible estreno de Chris Paul con los Clippers, junto a Blake Griffin, en el partido que debe enfrentarles la próxima madrugada precisamente a los Lakers de Kobe Bryant y Pau Gasol. Calderón volvió ayer a la carga como base titular de Toronto, al igual que Serge Ibaka con Oklahoma y como tiene previsto hacerlo mañana Rudy Fernández, que debutará con Denver, ante Phoenix.

Stern y la NBA han intentado que las figuras no puedan hacer y deshacer a su antojo fuera de las canchas. Una vez finalizada la batalla, ahora confían en esas estrellas para disipar la niebla que se ha cernido sobre la imagen de marca. Para ello, nada mejor que Kobe, LeBron, Wade, Nowitzki, Garnett, Anthony, Durant, Howard, Pierce y compañía.