Roberto Tojeiro, vivir como gallego

No lo ha tenido fácil. Es complicado ser empresario, hacerlo desde Galicia y con la dificultad añadida de ser el hijo de un empresario con una personalidad arrolladora. Conozco a Roberto Tojeiro desde hace más de veinte años, como conozco a su madre y conocí a su padre. Conozco su empeño y sus convicciones, el trabajo que cada día dedica a supervisarlo todo, sabiendo que quien dirige es quien ha de decidir.

Lo que puedo decir de él es que admiro su tesón y su amor por Galicia y la autoexigencia que se ha impuesto desde bien joven. Si eres una persona responsable, si quieres a tu tierra, si admiras a tu padre, si de tus decisiones depende uno de los mayores grupos industriales y de servicios de Galicia solo tienes un camino: tratar de conseguir lo que te propones. No soy íntimo de Roberto, pero conociendo un poco sus aficiones, diría que hasta el deporte lo practica como una fórmula para trabajar mejor.

Como todo el mundo sabe, los Tojeiro están en los orígenes de lo que hoy es la Galicia empresarial. Desde sus inicios como ultramarinistas, primero su abuelo, luego su padre, Roberto siempre tuvo en Gadis la niña de sus ojos, la empresa por la que vive y para la que vive. Porque es también la empresa en la que se inició y en cuya evolución más intervino, hasta transformarla en algo que nos ayuda a vivir como gallegos.

Han impulsado y desarrollado otros negocios, en la industria de la madera, del gas , centros comerciales, estaciones de servicio... Es muy interesante contar con un empresario como Roberto en el consejo de administración del banco. Compartimos antes algún otro consejo, como el del grupo San Luis, pero es una gran satisfacción que haya querido ser accionista y consejero de una entidad financiera clave para el futuro de Galicia.

Gadis y Novagalicia nos encontramos, a veces puerta con puerta, en casi todos los pueblos de Galicia. Nuestro despliegue de oficinas y establecimientos nos ayuda a entender mejor el país y a nuestros paisanos. Un contacto diario con la calle que nos permite palpar mejor las necesidades de nuestros clientes, siempre que sepamos escucharles.

Quiero dejar una cosa clara para quienes no le conozcan. Nada más lejos de la personalidad de Roberto Tojeiro que la de hijo de papá. No empezó a trabajar profesionalmente en la empresa hasta que logró la licenciatura en el Icade y después de hacer sus prácticas en otra compañía. No fue presidente de Gadis antes de ser adjunto al director administrativo, financiero, director general y vicepresidente. Al contrario. Una de las razones que más le ayudan a concentrarse en su misión es el amor propio por no traicionar jamás el legado, la memoria y las enseñanzas de su padre.

Y luego tiene el enorme don de la naturalidad, de la normalidad, no tan frecuente entre los grandes del mundo empresarial. Sé, por lo que le conozco, que aún a pesar de las enormes facturaciones que maneja no ha perdido la perspectiva de darle a un euro la importancia que tiene un euro. Y a mí eso me parece esencial en cualquier negocio.

A Roberto le gustan las cosas claras, por eso diré de él que es perseverante hasta la tozudez, firme creyente en la máxima de que el que la sigue la consigue. Un empresario que convierte en estratégica la autoestima de ser gallego. Galicia merece empresarios así.