Nadie aguanta como Nadal
Alternativas en el marcador, grandes intercambios de puntos, tensión, nervios, un público y un ambiente espectaculares... Todo lo mejor de la Copa Davis se resumió en el encuentro final en Sevilla entre Nadal y Del Potro. La victoria de Rafa puso el lazo definitivo a la quinta Ensaladera española, un ciclo mágico desde el año 2000, la confirmación del mejor equipo de este siglo. Pero, para mí, la clave de la eliminatoria estuvo en la victoria de Ferrer contra el mismo Del Potro en el segundo encuentro del viernes. Tanto por la victoria en sí como sobre todo por la forma en que se produjo, después de una batalla de casi cinco horas, con tanta tensión y tanto desgaste para los dos jugadores. Eso fue clave para que este domingo Del Potro acusara el cansancio y acabara doblando las rodillas.
Antes nos costaba ser del todo competitivos fuera de casa. Ahora siempre nos sentimos fuertes y favoritos
Rafa comenzó mal. Parecía que Del Potro iba a pasarle por encima, que no había huecos en la pista, que no había manera de sorprenderle con ningún golpe. Son esos partidos que parece que Nadal no puede ganar y... que acaba remontando como solo él puede hacerlo. Tiene un mérito increíble. El público confiaba en que Nadal diera la vuelta al partido; sus compañeros, también, y Del Potro sabía que, si le dejaba un mínimo resquicio, Nadal surgiría como un gigante para remontar.
Al final, incluso le ha costado cerrar el partido. Puede que fuera por los nervios y porque Del Potro se resistía dando sus últimos coletazos. Hubo una parada provocada por el público, el argentino volvió a soltar el brazo y la combinación de todos esos factores alargó el encuentro. Aunque, de llegar a un quinto set, Rafa estaba más fresco físicamente. Del Potro, además, parecía muy nervioso. Eran esos momentos de alternativas y tensión que tanto se viven en la Davis. Con el público encima. Las dos aficiones, la española y la argentina, estuvieron a la altura de lo que es esta competición.
Nadal y Del Potro jugaron con dolores. Es la última competición del año, los tenistas llevan jugando desde enero y son normales las molestias. Pero, cuando se trata de aguantar, nadie como Nadal. Está acostumbrado a sufrir, a soportar el dolor, a agarrarse a la pista y no darse nunca por vencido. Entonces se crece todavía más.
El resultado, la victoria decisiva en la final de la Davis, la manera en que tuvo que sufrir para conseguir el punto, dará confianza a Nadal de cara a la próxima temporada. Será un año muy especial para todos debido a la cita olímpica en Londres. Si hubiera perdido la Davis en casa, Nadal habría recibido un duro golpe en su moral. Pero no fue así, sino que, además, conquistó el punto decisivo y esto puede marcar una inflexión para él. Ya le pasó a Djokovic a finales de 2010, cuando Serbia ganó la final de la Davis a Francia. Y ya hemos visto el espectacular curso que ha hecho Novak en 2011. Esperemos que su ejemplo sirva también a Nadal para dar su mejor tenis en el curso siguiente.
Y, por último, una mirada al pasado y al futuro. España ha ganado cinco Ensaladeras desde el año 2000. ¿Las claves? Un gran abanico de jugadores, un fondo de armario muy bueno, ambición y compromiso. Este conjunto español es polivalente y capaz de ser competitivo en todo tipo de superficies. Antes, cuando jugábamos fuera de casa, nos costaba ser todo lo competitivos que necesitábamos para conseguir un título tan difícil como la Copa Davis. Ahora da igual donde vayamos y nos sentimos fuertes y favoritos en tierra o en cemento, bajo techo o al aire libre, con un tipo de juego o con otro. El de ayer puede haber sido el último partido de una generación maravillosa porque Nadal se centrará en los Juegos Olímpicos al igual que Ferrer, además de que David está cerca de la treintena. Pero seguro que España seguirá luchando por todo.
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