¿Peor que nuestros padres?

Nos han repetido mil veces que nosotros, los jóvenes del siglo XXI, seremos la primera generación que vivirá peor que la anterior. ¿Seguro? En mi caso, mis padres forman parte de aquella quinta que, en la mayoría de los casos, tuvo dificultades para formarse en su día. Fueron aquellos que, como muchos otros, venían de familias humildes emigrantes de otras comunidades de España por pura necesidad. Y sí, son aquellos que, después de muchos años trabajando, pagando hipoteca, sacando adelante a sus hijos y sus padres, se ven en la calle. Son expulsados de sus puestos de trabajo como seniors. ¿Por qué? Por la llegada de nosotros, los juniors, nacidos con las nuevas tecnologías y cargados de títulos y diplomas que ellos no tienen.

Estamos en una sociedad en la que se alaba a la juventud por encima de la experiencia y la madurez de la edad adulta, olvidando que todo lo que tenemos nosotros es gracias a ellos, y que nuestra calidad de vida ha sido muy superior a la de su infancia y juventud.