Arcos para navegar en el siglo XXI
Archbeacon cambia la señalización portuaria con fibra de vidrio y leds
Leandro Martínez-Zurita, abogado, y Álvaro Ortiz, diseñador, navegaban juntos de vuelta de un viaje desde las islas Baleares hace siete años. "Había un temporal de Levante y no encontrábamos la entrada al puerto de Barcelona", recuerda Martínez-Zurita. Ese día se les ocurrió una idea que ahora se llama Archbeacon, la empresa responsable de la baliza portuaria que ya han instalado en el puerto de Barcelona y para la que actualmente la multinacional
Tideland ha adquirido los derechos de distribución en el extranjero.
Cuando un barco se dispone a entrar en un puerto, cuenta desde hace más de un siglo con tres señalizaciones: un faro que indica al navegante dónde está la costa, una baliza en el dique de abrigo que indica dónde está la entrada y, por último, otra baliza en el contradique que muestra cuál es el tamaño de la entrada para el navío. El problema es que los puertos ya no son como los del siglo XIX. Para empezar, porque "la contaminación lumínica de las ciudades que los rodean impide ver en muchos casos las ayudas a la navegación", explica Martínez-Zurita.
El objetivo con el que él y su socio, ambos de 33 años, crearon Archbeacon era precisamente superar ese reto: crear un nuevo tipo de señal que fuera inconfundible y que no quedara diluida entre las lucecitas de los bares que envuelven las zonas portuarias o la iluminación de cruceros y bocanas. El producto estrella de esta joven empresa, el AB01, es un arco de seis metros de radio con seis ventanas en las que han instalado leds de alta intensidad, más duraderos y con hasta un 90% menos consumo energético que las bombillas tradicionales. Estas pequeñas lucecitas tienen cerca de 10 años de vida útil.
La cuestión es que cuando el navegante está en el canal de aproximación a puerto, no solo ve una luz indicadora, si no que además, solo mirándola, puede saber si está colocado en la posición correcta para acceder sin peligro. Si se ha situado bien, su visión del arco será circular, mientras que si navega de forma oblicua o por fuera del canal, la visión es elíptica. Sencillo, pero novedoso en un sector muy tradicional como es el portuario.
La primera arcobaliza fue instalada en septiembre de 2008 en el puerto de Barcelona y, según insiste en señalar Martínez-Zurita, fue finalista de los Premio Delta Adi Fad 2009. Esta versión inicial era de acero inoxidable. "Ahora se fabrica con fibra de vidrio y los leds son más potentes", apunta. La fibra de vidrio, similar a la que se usa, por ejemplo, para la fabricación de yates, tiene un mantenimiento más sencillo en entornos húmedos que el acero.
El puerto de Algeciras también ha instalado dos arcos en los extremos de sus dos nuevas bocanas, y los creadores han recibido peticiones de información de "otros puertos del Mediterráneo y el Cantábrico", admite el joven empresario. El éxito de su firma se debe en parte a que el producto ha recibido el aval de organismos internacionales de navegación como la Asociación Internacional de Ayudas a la Navegación (IALA).
La empresa, que comenzó con un capital de 3.000 euros, que hoy ha ascendido a cerca de 50.000, tiene el objetivo de facturar un millón de euros a lo largo de este ejercicio. Sus dos creadores mantienen a partes iguales el 80% del capital de la compañía. El 20% restante está controlado por el family office Kenz Investments, dirigido por el empresario Joan Andreu Gelabert.
Para llegar más lejos, Archbeacon decidió buscar la capacidad de un gran jugador: en septiembre de este año firmó un acuerdo para los próximos tres años con el gigante estadounidense Tideland Signal Corporation, líder mundial en señalización portuaria. Será su distribuidor internacional, con una compra anual mínima pactada de cinco unidades. La firma, con base de operaciones en Houston, tiene oficinas en ciudades como Shanghái, Singapur, Dubái, Londres o Vancouver. Las ventas en España y Japón, así como la patente y la fabricación (que se realiza en Cataluña), seguirán en manos de los dueños de Archbeacon.
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