Los críticos con Guillerme Vázquez se niegan a votar su continuidad

Para Guillerme Vázquez, las más de cuatro horas de reunión del Consello Nacional del BNG, ayer en Teo, fue "un debate plural, rico e intenso, con diversidad de opiniones". De ellas apenas salieron conclusiones acordadas entre las diversas sensibilidades de la organización, pero sí una respuesta a la decisión del portavoz nacional de poner su cargo a disposición del máximo órgano entre asambleas del Bloque. El Consello Nacional refrendó, sin votación y "por asentimiento" la continuidad de Vázquez hasta el cónclave de enero que decidirá quien optará a presidir la Xunta y quien será el portavoz de los nacionalistas.

Tampoco hubo cuestionamiento formal sobre la Executiva Nacional. Pese a que el Encontro Irmandiño -la corriente encabezada por Xosé Manuel Beiras, que ayer no asistió al Consello por encontrarse en Bangladesh de la mano de la Fundación Galiza Sempre- y Teresa Táboas habían exigido públicamente su dimisión, el "asentimiento" al que se refirió ante la prensa Guillerme Vázquez también abarcó a una dirección que "seguirá al mando de esta organización". Ni Máis Galiza ni los irmandiños querían llegar hasta una votación que, señalan fuentes de estos sectores, "se habría transformado en una moción de confianza". Los beiristas aseguraron más tarde en un comunicado que, de llegar a producirse, se habría tratado "de una farsa".

"Los que hablaron admiten que la situación es límite", dice un miembro

De que la discusión en el primer Consello Nacional después de las elecciones del 20 de noviembre fue dura ya lo había advertido el alcalde de Teo, Martiño Noriega, en las redes sociales. "Autocrítica mayoritaria", escribió uno de los referentes del Encontro. Tan mayoritaria que gran parte de los más de treinta turnos de palabra solicitados coincidieron en señalar la actual situación del BNG como "el momento clave". Eso sí, finalmente no hubo valoración pactada de unos resultados electorales según los que los nacionalistas mantienen los dos escaños en el Congreso pero retroceden ligeramente en porcentaje de voto. "La valoración es múltiple y diversa", se explicó Guillerme Vázquez al final del Consello, "desde la satisfacción de haber conseguido representación y haber salvado una situación difícil para el Bloque". Desde la UPG y aliados insisten en que conservar la representación en Madrid indica un cambio de tendencia y el inicio de la remontada electoral, mientras que Máis Galiza y Encontro Irmandiño lamentan no haber capitalizado la caída de los socialistas y haber perdido 30.000 sufragios respecto a los obtenidos en 2008.

Pero si en la organización existe una opinión común es la que explica cómo en la Asemblea Nacional de enero se encuentra "la última oportunidad" para reconducir la fractura interna del frente. "Todas las intervenciones admitieron que la situación es límite", expone un miembro del Consello Nacional. Las diferencias están en diagnósticos y recetas. El proceso asambleario que culminará el último fin de semana de enero con la elección del nuevo portavoz nacional y del candidato a la Xunta, que puede o no ser la misma persona, comenzará oficialmente el uno del mes que viene. "La Asemblea Nacional constituye el marco para ofrecer reflexiones, propuestas y soluciones y llevar al BNG a conseguir más representación", concluyó Guillerme Vázquez, en una frase con avisos implíctos.