Romero D. Fran, el artista de la escultopintura

El artista Francisco Díaz Romero, conocido como Romero D. Fran, falleció en Madrid el pasado 4 de noviembre. Nacido en 1927 en Alcalá de los Gazules (Cádiz), cultivó la pintura, el dibujo, la acuarela, el collage, el fotomontaje y la escultura. A lo largo de su trayectoria artística forjó la denominada escultopintura, un concepto que creó para incorporar a la pintura una corporeidad inédita y rasgos del carácter espacial de la escultura.

Las obras de Romero D. Fran están influidas por los lugares donde vivió. Su infancia y juventud transcurrieron en Alcalá de los Gazules y Sevilla. Desde sus primeras pinturas mostró su voluntad de romper con el realismo oficial y de buscar la sencillez. En los años cincuenta residió en São Paulo, un foco de vanguardia de los artistas latinoamericanos. Finalmente, vivió en Madrid, donde desarrolló la escultopintura. Fue también la ciudad en la que consolidó su estilo al depurar las formas y llegar a un ascetismo y simplicidad que le caracterizaron al final de su recorrido artístico. En su búsqueda de lo esencial, el artista gaditano suprimió artificios y cualquier adherencia superflua. Su obra alcanzó una intensa desnudez en sus creaciones de escultopintura, donde las formas son rudas y apenas hay color.

En un principio, su campo de trabajo abarcó la figura humana y el paisaje. Con el paso de los años se centró casi exclusivamente en la figura humana, especialmente en el mundo femenino. La maternidad y la fertilidad ocuparon un lugar preponderante en ese periodo de su trabajo.

El artista gaditano se forjó un espacio imaginario a partir de recuerdos, vivencias, ensoña-ciones y fantasías. En este paraíso perdido, en este lugar creado por su mente y dotado de un sistema de valores, fue donde se fraguaron muchos aspectos de su obra. A este espacio lo llamó Laskut. De hecho, sus hijos impulsan un proyecto denominado Museo Laskut.