El presidente de la Federación Galega de Confrarías cobra retribuciones prohibidas
El presidente de la Federación Galega de Confrarías de Galicia, Benito González Sineiro, cobró más de 78.000 euros entre 2008 y 2010 como "retribuciones" por ese cargo pese a estar expresamente prohibidas por la normativa en vigor, según ha denunciado ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia y ante el Consello de Contas la Asociación Galega de Mariscadores (Agamar), que requiere la devolución de esa cantidad y la investigación de otras diversas, procedentes todas de fondos públicos, percibidas por González Sineiro.
Agamar invoca un decreto de 2002 al amparo del cual se aprobaron las normas reguladoras de las cofradías de pescadores y que señala que "todos los cargos serán obligatorios y gratuitos, sin perjuicio de las indemnizaciones que por razón de servicio correspondan en cada caso, según lo acordado anualmente en la junta general". En este concepto de "indemnización" entrarían otros 90.000 euros percibidos por González Sineiro por dietas, desplazamientos, comidas y hoteles cuyas facturas Agamar pide que se investiguen, así como su compatibilidad con sus retribuciones como patrón mayor de la cofradía de Cambados (unos 700 euros mensuales, aparte de indemnizaciones por dietas, comidas, viajes...) y las compensaciones económicas que recibe como consejero de la Autoridad Portuaria de Vilagarcía y vocal de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores.
Agamar añade en su denuncia que González Sineiro compatibiliza los citados cargos representativos con los de administrador de la empresa pesquera Barco Pelea SL y la copropiedad de una batea familiar, y señala que disfruta del uso permanente de un vehículo de alta gama, de titularidad de la Consellería do Mar, para ejercer la representación de la federación gallega "aunque el mismo se utiliza con carácter privado de manera habitual".
Todos estos datos y circunstancias, agrega la denuncia, "son perfectamente conocidos, o pudieran fácilmente serlo, por la Consellería do Mar, cuyo silencio y pasividad en el presente caso resulta absolutamente ininteligible e inadmisible desde el momento en que resulta ser la principal fuente de ingresos" de la federación gallega y de su presidente, "sin emitir óbice alguno o sometimiento a control".
Agramar se explica en estos hechos, "por fin", "la extraña e ilógica actitud" de González Sineiro de "aplaudir y apoyar las políticas de recortes y de medidas restrictivas contra el sector pesquero y marisquero adoptadas por la Consellería do Mar" (eliminación de subsidios de superviviencia para las mariscadoras de más de 65 años, la del seguro colectivo de accidentes marítimos, la de ayudas a mariscadores de las zonas C, los traslados de marisco contaminado...) en lugar de defender los intereses de sus representados.
González Sineiro tacha todo ello de "calumnias de una asociación que no representa a nadie". "No tengo nada que justificar", declaró a este periódico, "ya que las cuentas son públicas y yo recibo por mi dedicación a la federación gallega, como gratificación y no como sueldo, una cantidad mensual", que finalmente cifró en "unos 1.800 euros".
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