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Reportaje:

El bucle de Guti

El excentrocampista del Madrid se fue de España para "vivir otro fútbol" y un año y medio después se desvincula, harto, del Besiktas de Estambul

Eleonora Giovio

Se marchó de España, dijo, para vivir otro fútbol; para cambiar de ciudad, aires, compañeros, costumbres, idioma y equipo. Se marchó huyendo casi de Madrid y del Madrid. Año y medio después, Guti ha vuelto. Deja Estambul y el Besiktas cansado de aquel otro fútbol que quería vivir. Vuelve a casa porque no jugaba -esta temporada solo sumaba 70 minutos-, por sus enfrentamientos con el presidente del club, Yilmirim Demirören, y porque ahora sí, y así se lo ha confesado a algunos amigos, echa de menos el fútbol competitivo.

"Todo lo que sea salir de España es bueno para mí", dijo en abril de 2010 en la entrevista en Onda Madrid en la que anunció que se marcharía a final de temporada. Eligió Turquía porque no recibió ninguna otra oferta interesante. Ha durado fuera un año y medio. El chico de Torrejón de Ardoz rescindió ayer su contrato (terminaba en junio) con el Besiktas. Una vez que a su agente le garantizaron los pagos que el club le debe del curso pasado (seis mensualidades, casi un millón y medio de euros) dijo adiós. Pero desde Madrid y a través de Twitter. "Hola, twitteros, mañana larga, pero ya os puedo decir que mi contrato con el Besiktas ha finalizado. Darle las gracias a la afición. Ha sido una decisión difícil y dura porque estaba muy feliz allí, pero el único responsable de que yo no siga es el entrenador", escribió.

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Guti llegó a Madrid la semana pasada aprovechando el parón de la Liga turca y se ha quedado. El sábado, de hecho, fue a ver el partido de su hijo Aitor, que juega en la Escuela de Fútbol de Madrid Oeste, en Boadilla del Monte. Bastante claras debía de tener las cosas Guti para ni siquiera comprarse el billete de vuelta. Ya tendrá tiempo de regresar a Turquía para recoger sus cosas. Su representante fue quien negoció ayer en Estambul la salida del futbolista.

Ahora, Guti busca equipo. Acaba de cumplir 35 años y quiere jugar un par más. En Turquía cobraba tres millones de euros, sueldo difícil de asumir para cualquier club español, máxime si se tiene en cuenta que no ha jugado un solo partido entero esta temporada. Él echa la culpa al técnico del Besiktas, Carlos Cavalhal. El portugués llegó en agosto para sustituir a Taifu, el ayudante de Bernd Schuster que asumió las riendas del equipo cuando el alemán se marchó sin terminar la temporada y que está en la cárcel desde junio por el amaño de partidos que ha sacudido al fútbol turco. También está en prisión el intermediario que hizo posible el fichaje de Guti en 2010.

Se fueron Schuster y su segundo, Manolo Ruiz, en marzo, y Taifu, en junio, y Guti perdió protagonismo. También se quedó sin el brazalete de capitán. Y sin el coche. Se lo quitó el presidente hace un mes. Una medida de presión más para que el español forzara su salida. "El presi nunca se metía en asuntos de fútbol. Lo llevaba todo el vicepresidente, Serdar, una especie de director deportivo que tenía mucha relación con los jugadores. También terminó en la cárcel por los amaños de partidos y el presidente ha tenido que hacerse cargo de cosas de las que nunca se había ocupado antes", comenta Ruiz que acompañó a Schuster al Besiktas.

A Demirören precisamente acudió Guti para reclamar los pagos atrasados. Los suyos y los de algunos de sus compañeros. Entonces empezaron los problemas. También llegaron las lesiones musculares. Y, una vez recuperado, las no convocatorias. "Otro día más sin jugar y hoy no estoy lesionado. Debe de ser que este año voy a jugar poco", escribió el medio en su Twitter el 22 de septiembre. Jugó su unico y último partido en la Liga el 15 de octubre. Guti empezó a desaparecer, como siempre hace cuando no le dan el cariño que reclama y necesita. Se hicieron más intermitentes también sus presencias en la Cadena SER para comentar los partidos que jugaba el Madrid.

Lejos quedan aquellas celebraciones en el vestuario del Besiktas tras ganar la Copa en mayo. En su primera temporada jugó 35 partidos (entre la Liga, la Copa y la Liga Europa) y marcó 12 goles. Era el Guti de siempre. Era aclamado. Lo fue desde el primer día, cuando aterrizó con un avión privado que puso a su disposición el presidente.

El club se percató muy pronto del tirón que tenía el de Torrejón: vendió en pocas semanas 15.000 productos con el nombre de Guti. "Deseaba salir de Madrid y vivir una aventura nueva. He vivido todos estos años en una espiral en la que todos estaban pendientes de lo que hacía o lo que decía. Ahora vivo más tranquilo. Quiero ganar la Liga turca y la Liga Europa. Estoy muy ilusionado. Me siento como un niño con zapatos nuevos. Estoy disfrutando", declaró en una entrevista concedida a este periódico en septiembre de 2010. Un año después de declarar su amor a Estambul y los paseos por el Bósforo parece haberse acabado el hechizo. Vuelve a Madrid, ciudad de la que huyó, pero a la que regresaba todas las veces que había un parón en la Liga. Para estar con sus hijos y su gente.

Ayer dijo adiós. No al fútbol, sino al otro fútbol que quería probar, porque "hay cosas más importantes que brillar cada domingo en el terreno de juego". ¿Y ahora? "Mi futuro todavía es incierto. Pero tengo dos meses para pensar lo que voy a hacer". Palabra de Guti.

Guti, el día de su presentación con el Besiktas en julio de 2010.
Guti, el día de su presentación con el Besiktas en julio de 2010.MUSTAFA OZER (AFP).

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de deportes, especializada en polideportivo, temas sociales y de abusos. Ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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