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SINOPEC

Una estrategia inteligente

El gigante chino del petróleo Sinopec empieza a dar muestras de cierta disciplina en las fusiones y adquisiciones. Acaba de invertir 5.200 millones de dólares en los yacimientos de petróleo brasileños de Galp Energia, la petrolera portuguesa. Comparado con el último gran acuerdo que logró en la misma zona, el precio parece razonable. Con suerte, Sinopec podría adquirir la costumbre de sacar adelante sus grandes compras con lógica además de con dinero en efectivo. Sinopec y Galp parecen encajar bien: el comprador tiene un acceso casi ilimitado a préstamos bancarios baratos. También cuenta con el respaldo no cuantificado, pero muy considerable, del Estado.

Galp, sin embargo, parece atada por el dinero. El gasto de capital anual compensa sobradamente su Ebitda previsto para este año, según cálculos generales de Reuters. Las tensiones en los balances generales puede que expliquen por qué Sinopec está contribuyendo a refinanciar una buena parte de la deuda de Galp con un préstamo de 390 millones de dólares.

Los inversores de Galp deseaban más, y sus acciones han bajado un 11% en el momento de confirmarse el acuerdo. Basándose en los 12.500 millones de dólares en los que están valorados los activos de Galp, Sinopec va a pagar 4,34 dólares por barril de petróleo equivalente para las reservas totales del proyecto, ajustadas según el riesgo. El año pasado, Sinopec pagó alrededor de una quinta parte más por cada barril por una participación del 40% en un proyecto vecino de Repsol. La diferencia de precio explica perfectamente la caída de 1.700 millones en el valor de Galp al conocerse la noticia del acuerdo.

En realidad, algunas diferencias en las calidades de los dos activos brasileños explican la diferencia de precio. Los yacimientos de Galp tienen más gas que los de Repsol, lo cual reduce la valoración. Además, la participación en Galp es más pequeña y llega con menos influencia en la explotación. Y Sinopec no está diciendo cuánto petróleo puede llevarse a casa gracias a la operación (un extra que posee un gran valor para los productores estatales del país con más hambre de energía del mundo). Aun así, Sinopec, que va por su tercer pacto en el extranjero desde principios de octubre, sí que parece estar aprendiendo algunos trucos de las operaciones de fusión y adquisición. Y parece darse cuenta de que la clave es no pagar un precio excesivo. Los ahorros monopolizados de 1.300 millones de ciudadanos no salen beneficiados si se canalizan hacia adquisiciones con precios caprichosos. -

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