Flamenco, entre lo público y lo privado

El antiguo convento de Santa Clara se convirtió ayer en el sitio con más arte por metro cuadrado de cuantos imaginarse pueda. Entre sus muros se dieron cita artistas convertidos en referentes de lo jondo, como el guitarrista Manolo Sanlúcar, el cantaor Fosforito y la bailaora Matilde Coral, junto a los de otras generaciones ya consolidadas, como Eva Yerbabuena, Gerardo Núñez o Arcángel. Ellos y muchos otros han acudido a Sevilla para participar en el I Congreso Internacional de Flamenco del que saldrá el Libro Blanco del Flamenco. La cita, organizada por la Consejería de Cultura tras la inclusión del flamenco (en noviembre de 2010) en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, reúne hasta mañana a un centenar de artistas, investigadores y gestores culturales que estudiarán el flamenco desde tres perspectivas: patrimonial, como industria cultural y en su relación con los medios de comunicación. Todos quieren escribir un renglón del futuro libro blanco que se publicará en 2012.

"Una de las muchas cosas que tenemos pendientes es encontrar la manera de homologar el conocimiento de los maestros, artistas reconocidos que no tienen títulos ni saben leer una partitura, para que puedan dar clases en colegios y conservatorios", dijo ayer Manolo Sanlúcar poco antes del comienzo de la primera cita del congreso: la mesa redonda La mirada del arte, en la que intervinieron seis artistas moderados por el periodista Manuel Curao y a la que asistieron unas 200 personas.

"Tenemos un producto que causa sensación, pero necesitamos construir la industria. Hay que crear la estructura que facilite el encuentro entre los artistas y los espectadores, ese debería de ser el papel de las Administraciones", dijo el guitarrista Gerardo Núñez en la mesa redonda.

"En el flamenco hay una contradicción desde hace muchos años. Por un lado, queremos que sea algo de minorías; pero, por el otro, tenemos que estar preparados para competir con otras músicas que tienen mucha experiencia en el mercado y eso solo puede hacerse desde la autogestión", comentó el cantaor Arcángel, quien acaba de autoproducirse el disco Quijote de los sueños. "Necesitamos el apoyo público, pero también nosotros tenemos que asumir nuestra responsabilidad", añadió el cantaor.

Para José Luis Ortiz Nuevo, creador de la Bienal de Flamenco de Sevilla, el congreso es "excesivo". "Al mundo del arte le estorba este proteccionismo oficial desmedido. Lo importante en el flamenco no es el reconocimiento de una institución, aunque sea la Unesco, sino el valor de los intérpretes y la vitalidad del arte", sentenció. El congreso, que inauguró ayer el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, ofrece también la vertiente plástica de lo jondo con la muestra El cante tiene un misterio... en la que el gaditano Andrés Vázquez de Sola reúne 49 peculiares y coloristas retratos de flamencos.