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Entrevista:STÉPHANE RICHARD | Presidente y consejero delegado de France Télécom

"Analizaremos con interés las ofertas de consolidación en España"

Ramón Muñoz

Stéphane Richard (Caudéran, 1961) llegó a France Télécom en 2009 y en marzo de este año fue designado presidente del grupo en medio de un momento difícil por la oleada de suicidios entre el personal y la caída de los resultados. Ahora trata de hacer olvidar aquellos hechos y de enderezar el balance de la compañía.

Pregunta. En los resultados del tercer trimestre España aparece como el motor del grupo.

Respuesta. Estoy muy satisfecho con los resultados en el mercado español, que es muy difícil y competitivo, con una economía débil y un consumo bajo. La estrategia se basa en una mejor calidad de servicio, la reorganización de las redes de distribución, modernización de la red y el lanzamiento de ofertas como Animales.

"Las reuniones con Google y Facebook han sido un diálogo de sordos"
"Nos hemos tomado muy en serio el problema de los suicidios"
"Es imprescindible acordar con Telefónica y otros la red de fibra"

P. Recientemente llegaron a un acuerdo con Deutsche Telekom para compartir redes y compras. ¿Contempla una posible fusión?

R. Con Deutsche Telekom tenemos una perspectiva muy pragmática, enfocándonos en proyectos específicos en los que tenemos en cuenta el valor que se puede crear con la combinación de tamaños. Por lo tanto, descartamos la idea de una fusión, porque entre dos grandes empresas de este tipo es muy complicada y las ganancias que podríamos obtener las podemos conseguir con estos proyectos.

P. ¿Se plantearían acuerdos similares con Telefónica?

R. Tenemos una relación cordial con Telefónica e incluso yo guardo una amistad con César Alierta. Pero sería complicado poner en marcha este tipo de acuerdos con Telefónica en Europa o en España, puesto que somos competencia directa.

P. El debate ahora es que los operadores ponen las redes y la inversión, y los proveedores de servicios como Google se llevan el beneficio. Alierta dice que no es justo.

R. Nosotros estamos sometidos a una regulación muy estricta y padecemos la competencia en los mercados. Y, sin embargo, los proveedores no están regulados ni sometidos a competencia, puesto que actúan en una situación prácticamente de monopolio, lo que genera una desigualdad entre ambos actores. Por lógica económica, los que emiten más tráfico y se benefician de un aumento de ingresos derivado de ese tráfico y las audiencias, como Google o Facebook, deberían participar en la financiación de las infraestructuras necesarias. Pero, siendo realistas, estas empresas no están reguladas, y casi no están sometidas a fiscalidad porque, por ejemplo, Google no paga impuestos en Francia.

P. ¿Y qué alternativa hay? Se ha creado un grupo de trabajo en Bruselas y se han reunido todas las partes. ¿Hay algún acuerdo?

R. No creo que el camino sea iniciar una guerra entre operadores y proveedores. No tiene sentido. Los principales actores nos hemos reunido dos veces en Bruselas con la comisaria para la Agenda Digital, Neelie Kroes. Y la verdad es que no hemos avanzado mucho. Ha sido un diálogo de sordos, ya que cada uno ha defendido sus intereses. Existe una marcada desigualdad: mientras nosotros somos empresas europeas que generamos empleos y pagamos impuestos en Europa, las empresas americanas no generan empleo ni pagan impuestos aquí.

P. Internet está siendo una revolución. Aplicaciones como Skype o WhatsApp permiten hablar o mandar mensajes gratis. ¿No temen que acaben con su negocio?

R. Los operadores de telecomunicaciones nos basamos en tres principios: la interoperabilidad, la arquitectura abierta y la seguridad de las comunicaciones y de los datos personales. Skype no es interoperable, hace falta que los dos que hablan dispongan de Skype. WhatsApp requiere aportar los datos personales. Eso significa tener todos mis datos en un servidor en Estados Unidos, en no se sabe dónde, que conocería toda mi agenda. Ahora bien, tampoco es una buena política bloquear a esas aplicaciones.

P. FT saltó a las portadas por una oleada de suicidios. ¿Qué ha hecho la compañía para frenar este fenómeno?

R. Es verdad que en Francia la oleada de suicidios en el grupo supuso una crisis moral y social. Pero en este momento, allí ya no se habla del tema. Hemos hecho mucho para restablecer el buen clima y el diálogo con los agentes sociales. Se ha ofrecido a los empleados mejoras en la carrera profesional, autonomía y condiciones de trabajo. Y también un proyecto de formación interna con la creación de Campus Orange, que, por cierto, está también en España. Además, desarrollamos un grupo de trabajo para tratar las personas que se encontraban en una situación de mayor fragilidad. Eso refleja que nos hemos tomado muy en serio este problema. En un año y medio el clima ha mejorado mucho y hemos reducido el número de suicidios aunque me siguen pareciendo muchos.

P. En España, dos competidores, Yoigo y Jazztel, están creciendo muy fuertes ¿Estaría Orange interesado en adquirirlos?

R. No existen proyectos de compra de otros operadores, ni de fijo ni de móvil. Pero no podemos excluir que va a existir una consolidación del mercado español, así como una aceleración de la convergencia entre fijo y móvil. Y en estos dos aspectos Orange va a ser un actor esencial. En caso de que llegaran estas oportunidades en materia de consolidación o de aceleración, las analizaríamos con interés.

P. O sea, que no descarta compras en el mercado español...

R. No.

P. En el pasado han tenido muchos problemas regulatorios con Telefónica. ¿Se han solventado?

R. Hemos acudido a la CMT y eso nos ha permitido resolver algunos asuntos como el ADSL. En cuanto a la fibra, nunca hemos ocultado que la regulación vigente que se estableció al inicio de 2009 nos parece insuficiente, sobre todo, en términos de la oferta de acceso indirecto tanto con respecto a precios como de velocidad, actualmente solo hasta 30 megas. Este tema sigue abierto.

P. ¿Se plantean llegar a un acuerdo con Telefónica para compartir su red de fibra?

R. Debido al esfuerzo inversor que requiere la fibra, en España es imprescindible que haya conversaciones entre los operadores alternativos y también con Telefónica para discutir temas como la compartición de conductos. Y en eso estamos.

P. Telefónica ha convertido a Latinoamérica en su mina de oro. ¿No cometió un error FT abandonando esa región?

R. Lamento mucho esta decisión, que se tomó hace ya 10 años, sobre todo en países como México y Argentina, donde éramos líderes. Para nosotros, los países emergentes -África y Oriente Próximo- tienen mucha importancia por sus perspectivas tanto demográficas como económicas. Estamos en la misma situación que Telefónica en Latinoamérica hace 20 años.

P. Ante la crisis de deuda, ¿no teme que el Estado francés, principal accionista de la compañía, desinvierta en FT?

R. Es algo que no podemos excluir. Hay unas elecciones presidenciales en 2012, y no creo que se produzca ninguna decisión al respecto antes. Pero con la valoración bursátil de FT, muy por debajo de su valor real, los franceses harían un mal negocio si venden.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.
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