Los últimos del cartel
Rock Privado y Krell, dos bandas de San Sebastián, inauguran el día grande del Kutxa Kultur Festibala - Primal Scream cierra la noche con 'Screamadelica'
Han florecido por San Sebastián unos llamativos carteles de fondo rojo y un sol de colores chillones. Anuncian el día grande del Kutxa Kultur Festibala, que se celebra hoy, y cuyo principal reclamo es Primal Scream. No pueden pasara desapercibidas las letras grandes que componen el nombre del grupo escocés -la propia imagen remite a aquel disco histórico de 1991, Screamadelica-, pero justo un poquito más abajo, después de las bandas que conforman los segundos y terceros puestos del cartel aparacen Krell y Rock Privado. Son los modestos, dos formaciones de San Sebastián, a las que una especie de lotería les ha brindado la oportunidad de pisar, al menos, el mismo escenario que Bobby Gillespie.
"Ha sido un regalo", explica uno de los componentes de Rock Privado
Krell destaca el hecho de tocar en un escenario como el Velódromo
"Ha sido un regalo", dispara rápido Germán Uribe Echevarria, compositor y vocalista de Rock Privado. Su formación será la encargada de abrir a las seis de la tarde una ristra de conciertos que terminarán con Primal Scream recordando viejos tiempos en el Velódromo de San Sebastián. Su compañero, su amigo de la infancia, Juan Ignacio Manso, aquel con el que en los noventa se embarcó en la aventura de crear un grupo, matiza sus palabras. "No sé si será por la edad o qué pero estamos bastante tranquilos", confiesa. Respeto nos les falta pero, sobre todo, a lo que van es a disfrutar del momento, a pasárselo bien y a bordar una actuación sin pensar o tener en cuenta si enfrente van a tener a 6.000 personas, el aforo máximo del recinto, o un puñado de melómanos que se acerquen a primera hora.
Tampoco parecen excesivamente nerviosos Mikel Lertxundi y Antonio Cañamero, de Krell, "un poquito de vértigo sí que da, tocar con bandas grandes... pero sobre todo es el escenario, el Velódromo", cuentan.
No se puede pasar por alto que, entre otras cosas, el Kutxa Kultur Festibala, aparte de los grandes nombres que ha hecho circular estos días por San Sebastián -el cubo grande del Kursaal rendido a Wilco el pasado jueves, por ejemplo-, ha venido a resucitar el Velódromo. "En los ochenta y noventa, pero sobre todo en los ochenta los tours en España eran Donosti, en el Velódromo, Barcelona y Madrid. Hemos visto a Metallica, a Guns and Roses, a U2", enumera Krell.
Las dos formaciones han terminado en el viejo escenario tras despuntar en los certámenes de bandas locales de San Sebastián y después de que Kutxa les incluyera en su cartera de grupos a promocionar. Luego vino una votación en Facebook en la que los internautas les erigieron en los elegidos para completar el cartel del festival.
Rock Privado será el primero en saltar al escenario, junto a Manso y Uribe-Echevarria, el resto de componentes: Karen Ortiz de Guinea, Íñigo Arocena, Víctor García-Argüelles, Maikel Talavera y un séptimo acompañante, el saxofonista Roberto Pacheco, con el que han trabajado en su último y segundo disco Caras. "Vamos a hacer un directo más ágil, rápido, con más fuerza, en definitiva, más rockero", señala Manso.
Krell, mezcla de estilos "rock potente, electrónica más bailable, con algo de gótico", aunque no vaya con ellos lo de las etiquetas "lo de los géneros es para que alguien en la Fnac coloque los discos" explican Lertxundi y Cañamero, serán los segundos en actuar. Estarán acompañados por Etor Jon Iraola e Iraitz Montalbán, la otra mitad de Krell.
Una hora por concierto. Seguirán a los modestos Thee Brandy Hips, We are Standard, Fanfarlo y Primal Scream, como colofón a la gira homenaje a Screamadelica.
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