La rentabilidad exigida a los títulos griegos a un año supera el 200% por temor a la quita
La rentabilidad exigida en el mercado a los bonos del Tesoro griego que vencen en un año superó ayer por primera vez el 200% y la de los títulos a dos años, traspasó la barrera del 100%, según los datos difundidos por Bloomberg, por el miedo a la imposición de una fuerte quita por parte de Atenas. Esas son las rentabilidades anuales que obtendría un inversor que comprase un título de deuda griega a precio de mercado actual si Grecia cumpliese con sus obligaciones en el pago de intereses y, sobre todo, del principal.
El cupón o interés anual es fijo y el nominal a pagar al vencimiento también, pero si el precio de los bonos cae en picado, cuando se hace el cálculo de la rentabilidad teórica que daría el bono a un inversor que comprase ahora los títulos, la cifra se dispara.
La gran rentabilidad no deriva tanto de los intereses anuales como de la gran diferencia entre lo que se paga ahora por el bono y lo que se recuperaría al vencimiento. Siempre, si Grecia pagase. Los títulos griegos cotizan a precios muy bajos precisamente porque los inversores dan por hecho que el Gobierno griego no los pagará íntegramente a su vencimiento. Los bonos griegos están cotizando con descuentos del 60% al 70% sobre su valor nominal, esto es, con teóricas quitas que superan el 50% que se negocia que admitan los bancos.
Lo que el mercado está descontando no es una quita voluntaria, como pretendía la Unión Europea, sino forzada u obligatoria para todos los tenedores de deuda. Si fuera realmente voluntaria (o incluso voluntaria a medias, esto es, aceptada a regañadientes por los bancos y aseguradoras a los que los Estados pueden presionar), habría espacio para que se aprovechasen de la situación fondos de alto riesgo o incluso particulares que, comprando bonos griegos, podrían obtener esas rentabilidades al desmarcarse del acuerdo. Pero no hay suficientes inversores que confíen en esa tesis de la voluntariedad, y menos después de que el propio rescate de Grecia haya sido puesto en duda por los planes, ahora en suspenso, de celebrar un referéndum.
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