El Perola revoluciona el 'caso Alhaurín'

El juicio sobre la corrupción urbanística en Alhaurín el Grande (Málaga) vivió ayer una sesión de alto voltaje. El empresario José Burgos Leiva, conocido en la localidad como El Perola y principal testigo de la causa, ratificó que el concejal de Urbanismo de Alhaurín, Gregorio Guerra, le solicitó 120.000 euros a cambio de una licencia para construir 14 viviendas en una parcela en la que el planeamiento de la localidad solo admitía cinco.

Burgos Leiva, que con ayuda de la policía y autorización judicial, grabó tres conversaciones con el edil, fue incluso más lejos: "Todo el que ha puesto un ladrillo en Alhaurín ha tenido que pagar el impuesto revolucionario", le dijo al abogado de Guerra, Pedro Apalategui.

El empresario recordó que Guerra, con el conocimiento del alcalde alhaurino, Juan Martín Serón (PP), también procesado, le pidió que entregara los 120.000 euros al gerente de la empresa Conextran, ubicada en la localidad. "Yo creo que a Conextran lo tenían de testaferro", afirmó el testigo.

Burgos Leiva compró la finca en 2005 y obtuvo la licencia para las 14 viviendas en abril de 2006. Posteriormente, vendió el solar y el proyecto con los permisos a otra empresa. Según él, tanto antes como después de haber vendido la parcela fue "atosigado" y "agobiado" por Guerra para pagar el supuesto soborno.

Las defensas de los principales imputados pusieron énfasis en que el dinero supuestamente reclamado iba a destinarse a financiar obras municipales. También subrayaron la posible animadversión de Burgos Leiva hacia el alcalde después de que el pleno municipal rechazara tramitar una petición de indulto para él en una causa por obstrucción a la justicia que le hizo pasar dos años en prisión.

Ayer también testificó la primera teniente de alcalde de Alhaurín, Antonia Ledesma (PP), que afirmó que los 7.000 euros en billetes de 500 hallados en el despacho del alcalde eran para financiar una cena en Madrid con motivo de la feria de turismo Fitur. Ledesma reconoció que los fondos no estaban consignados en ninguna contabilidad.