"Si tan enamorado está Rajoy de la austeridad, que se la pida a los ricos"
Rubalcaba propone gravar las grandes fortunas para favorecer el empleo juvenil
Le recibieron como la última vez, cantándole su favorita, Sin ti no soy nada, de Amaral. Acto seguido, le dedicaron un largo aplauso por el fin de ETA. El candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, había desayunado otro domingo más con encuestas desfavorables, como la de EL PAÍS, que indica que el PP mantiene su ventaja de 15 puntos y que el fin de ETA, en plena crisis económica, no da votos. Pero ante unas 5.000 personas, en Murcia, feudo de los populares desde hace 16 años, Rubalcaba intentó ilusionar al electorado de izquierda, distanciándose de las políticas de recortes y austeridad de Zapatero. "No vamos a salir de la crisis haciendo lo mismo, tenemos que hacer cosas distintas", dijo. "Si Pablo Iglesias levantara la cabeza", añadió, "no le costaría reconocer que nuestro programa comparte sus mismos principios y valores".
El candidato se desmarca de Zapatero y aboga por el gasto público
"Nos estamos pasando de austeridad", opinó el candidato socialista. Para salir de la crisis hay que ahorrar -"las Diputaciones sobran", dijo-, pero sobre todo hay que gastar: invertir dinero público en sanidad, educación y políticas de creación de empleo. "La austeridad sin contrapartidas conduce a la depresión. Lo dicen premios Nobel de Economía, lo dice Obama y lo digo yo", zanjó Rubalcaba.
¿Y de dónde sale el dinero para pagar esas políticas públicas?, se preguntó a sí mismo. De quienes más tienen. "Rajoy está enamorado de la austeridad, pero si tan enamorado está, ¿por qué no se la pide a las grandes fortunas? Porque todos no sufren lo mismo, señor Rajoy", añadió.
En lugar de "abaratar el despido, como propone el PP", Rubalcaba promete abaratar la contratación y "convertir un impuesto a las grandes fortunas en subvenciones" para que las empresas puedan emplear a jóvenes con más facilidades. El candidato propuso, además, desgravaciones a pymes y autónomos a través de una redistribución del Impuesto de Sociedades.
Dedicó casi toda su intervención a la economía, y cuando llegó el momento de "hablar de Murcia", también. De la región habló en términos de ladrillo, -"no podemos volver a la burbuja inmobiliaria, que trajo dinero fácil y corrupción"-, pero no de agua. Ni una palabra sobre el asunto más polémico en esta comunidad autónoma: el trasvase del Ebro.
Al trasvase solo hicieron alusión sus teloneros: "El PP ha ganado muchas mayorías absolutas asegurando el trasvase. Una milonga", dijo el líder del PSOE en Murcia, Pedro Saura, que intervino, al igual que la cabeza de lista al Congreso, María González, antes que el candidato.
Rubalcaba admitió que salir de la crisis no iba a ser fácil ni rápido: "Hemos recaído. Y las recaídas a veces son peores que la enfermedad", dijo. En cualquier caso, "la solución no es un cambio de Gobierno. Quien lo diga, miente".
El candidato socialista hizo solo una referencia a su etapa en el Ejecutivo, pero como ministro del Interior: "Os dije que bajaría la delincuencia y la bajé. Ahora os prometo combatir y reducir el fraude fiscal y lo haré".
Desde el público le gritaron "¡guapo, guapo!", a lo que contestó: "No te pases, compañera". También le preguntaron: "¿Qué pasa con los privilegios de la Iglesia?", a lo que no respondió. Rubalcaba se despidió con un encargo a los militantes: "Id y explicad el programa".
Entre los asistentes al mitin había ayer muchos escépticos de las encuestas convencidos de que la victoria es posible. Como Salvadora Álvarez, socialista en la oposición en Moratalla tras el 22-M. "No hay tiempo, no hay tiempo", le repetía su amiga Isabel. Ella discrepaba. Se colocó estratégicamente en el pasillo de entrada del candidato para arrancarle un beso. Cuando llegó el momento, se abalanzó sobre Rubalcaba, que recibió la muestra de cariño casi en el aire y con cara de susto mientras en las gradas, las amigas de Salvadora aplaudían a rabiar.
Juan Vicente, militante, y Raquel, parada de la construcción, tampoco perdían la esperanza. Aunque en Murcia, admitían, "ser del PSOE es ir contracorriente".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.