Pacientes en busca de médico
El primer parón de un hospital público por los recortes de la Generalitat deja sin consulta a decenas de enfermos
Recostada en el vestíbulo del hospital barcelonés de Vall d'Hebron, María Fernández, jubilada de 68 años, aguardaba desde primera hora de ayer a que algún sanitario voceara su nombre para extraerle la sangre necesaria para una analítica. "Llevo sin comer desde anoche para la dichosa prueba, que terminen y salgo corriendo a desayunar", resoplaba a media mañana la mujer, ya cansada de esperar a la enfermera. Pero la enfermera nunca llegó.
En un recinto casi más vacío de personal que un domingo, el Vall d'Hebron celebró ayer el primer parón que los recortes de la Generalitat han impuesto a los hospitales públicos: los ocho principales centros de referencia deberán cerrar al menos cinco días hasta final de año por los ajustes aplicados por el Gobierno de CiU. La medida permitirá ahorrar unos 30.000 euros por día de parón -alrededor de un millón en total- pero perjudicará a cientos de pacientes, lamentan los sindicatos. Como ocurrió ayer en Vall d'Hebron, la medida implica que solo se atienda a los enfermos que acudan a urgencias y a los pacientes ya ingresados, mientras los quirófanos permanecen cerrados.
Algunas pruebas canceladas han sido reprogramadas para dentro de seis meses
María no fue la única que ayunó y esperó para nada: los trabajadores reclamaron a la dirección que se abriera el servicio de extracción de sangre porque llegaron unas cincuenta personas en ayunas. Los responsables, sin embargo, se negaron. "No sé cuando me tocará regresar, pero todo el día perdido y pasando hambre para volver a esperar", se quejó María como despedida y ya con un bocadillo entre las manos. Las pruebas canceladas fueron reprogramadas; algunas para el próximo abril, dentro de medio año.
"Todo funciona con la normalidad de un día festivo. Se ha informado a los afectados de que las pruebas se han reprogramado para cuando sea posible", señaló el director asistencial del Vall d'Hebron, Jaume Roigé. Mientras en el hospital decenas de ciudadanos que habían sido citados peregrinaban planta arriba planta abajo en medio del desconcierto, hasta descubrir horas después que no iban a ser atendidos.
El desbarajuste provocó discusiones y tensión: decenas de pacientes se apostaron en las dependencias de la dirección, en un edificio anexo, y reclamaron ser atendidos por el gerente para pedirle explicaciones. No lo lograron porque debido a los recortes él también celebraba un día festivo, como la mayoría de los 7.000 empleados del hospital. Finalmente, los afectados han sido citados con el gerente para el próximo lunes.
Unas 300 personas, entre empleados, vecinos y pacientes, ocuparon simbólicamente el hospital y cortaron las calles adyacentes durante unas dos horas. "Esto es insanidad pública", protestaron los manifestantes. La Generalitat aseguró que tomará nota de lo ocurrido para informar mejor a los usuarios en los otros 39 días de parón que aguardan al conjunto de hospitales públicos.
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