Bruselas quiere limitar el poder de las agencias de calificación
No podrán publicar análisis de países rescatados
El Comisario de Mercado Interior y Servicios, Michel Barnier, anunció ayer que la Comisión Europea quiere prohibir que las agencias de calificación emitan su opinión sobre los países rescatados. Barnier considera "legítima" la prohibición, que se podría incluir en la normativa que modificará por tercera vez la regulación de las agencias de calificación, que se prepara para mediados de noviembre.
El comisario comparó las agencias con un termómetro que no causa la fiebre, pero sí debe ser capaz de diagnosticarla. Si no lo hace, el tratamiento puede producir efectos no deseados. Bruselas considera que estas empresas han agravado la crisis de deuda soberana equivocándose en sus valoraciones sobre los países más afectados.
Barnier: "No causan la fiebre, pero deben poder diagnosticarla"
La Comisión defiende que no se puede evaluar de igual forma a Francia que a Grecia, que vive una "situación excepcional". Barnier añadió que los países rescatados ya están siendo controlados y evaluados por los enviados de la Comisión, el BCE y el FMI. "Si el criterio de las agencias no es el adecuado, podríamos prohibir su evaluación", zanjó.
El comisario hizo estas declaraciones tras presentar dos directivas para ampliar la legislación sobre los mercados financieros. En su opinión, la crisis ha sido una "terrible demostración de cuán complejas y opacas pueden ser algunas operaciones y productos financieros", para los cuales las directivas aprobadas o reformadas se han mostrado obsoletas.
Para remediarlo, Bruselas propone modificar dos directivas. La primera es la que regula los abusos del mercado, es decir, las operaciones con información privilegiada y manipulación del mercado. La directiva prevé penas de cárcel para aquellos que usen información privilegiada o difundan información falsa para manipular el mercado en su beneficio. En caso de que sea adoptada por el Parlamento y el Consejo de la UE, los 27 Estados miembros deberán aplicar la nueva directiva en dos años. Aunque la legislación española ya contempla penas de cárcel para estos casos, deberá ampliarla.
La otra directiva cuya modificación propuso Bruselas es la relativa a las operaciones financieras. La actual legislación se limita a regular las operaciones en Bolsa y deja al margen las llamadas operaciones fuera del mercado (Over The Counter u OTC), entre las que se encuentran los derivados. La Comisión quiere establecer un control sobre ellos para evitar la especulación masiva. La misma directiva regularía las operaciones de alta frecuencia (High Frequency Trade o HFT), aquellas que se realizan mediante ordenadores que efectúan compras y ventas automáticamente en función de los precios. Barnier considera necesario garantizar la transparencia del mercado para asegurar su eficiencia y resistencia.
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