Mentiras sinceras

Pese a sus muchas visitas, nunca han sido los argentinos Babasónicos una banda que haya gozado del favor de nuestro público. El martes necesitaron de un capote tan socorrido como el de la compañía de Love of Lesbian (con quienes trabaron amistad en su país) para llenar Mirror hasta los topes.

Ante el casi esquizofrénico desvarío estilístico (el eclecticismo es otra cosa) que se gastan tras casi dos décadas, cuesta poco entender su falta de predicamento. Difícilmente hallará nicho de mercado una banda que a ratos -los menos- parece La Frontera (El ídolo) o Los Rodríguez (Irresponsables) y a otros -los más- una banda de electropop, o incluso hard rock, del montón. Como los galones que otorga la edad se les suponen, hay en su directo al menos un buen envoltorio. Demasiado empaque para tan poca chicha. Quizá porque suelen prometer más de lo que finalmente dan, acabaron con un bis que nadie les pidió.

A continuación, lo de Love of Lesbian fue una nueva evidencia (y van...) de que su repertorio, necesitado de ventilación, ya no se puede exprimir más. Dijo Santi Balmes que sus canciones siempre nacen de "verdades o mentiras sinceras". Pero alguien debería decirle que una mentira, por bonita que pueda parecer, pierde casi todo su valor cuando se reboza en el fango del populismo. Porque ya no se trata simplemente de esas gratuitas prolongaciones de temas que no demandan un orfeón popular: hace tiempo que sus directos tan solo gozan de cierta consistencia durante su primera mitad, antes de convertirse en una chirigota de escaso gusto. Ingenio (el que deparó estupendas canciones en su cuarto y quinto disco, y alguna más en el sexto) malgastado en un chiste que, a la segunda, dejar de tener gracia. Y, a la quinta, resulta cargante. Aunque, en vista del entusiasmo de la audiencia y del espaldarazo que supone contar en el bis con tipos tan supuestamente dignos de crédito como Iván Ferreiro, a ver quién se atreve a señalarles con el dedo.