Con Agüero todo es posible
El delantero del Manchester City hunde al Villarreal en el último minuto del partido
Un gol de Agüero en el último minuto del descuento del partido derrotó al Villarreal en su mejor versión, que anestesió a un City al que rebajó hasta el punto que le cuestionó el resultado hasta el final. La desgracia se cebó una vez más con el conjunto de Garrido, al que le sobró el último instante y cuya derrota le deja prácticamente fuera de la Champions a falta de tres jornadas. La imagen de Rossi tumbado en el terreno de juego nada más embocar a gol Agüero fue el reflejo de la desesperación del Villarreal.
Buscando recuperar sensaciones y minimizar errores, Garrido volvió a retocar el once. Optó el técnico valenciano por dotar de experiencia a la zaga situando a Marchena en el eje de la defensa junto a Gonzalo Rodríguez, desplazando a Zapata al lateral derecho. Por delante de los centrales, en la creación, se situaron el imprescindible Bruno y Borja Valero. Toda la esperanza en ataque quedó depositada en Rossi.
MANCHESTER CITY 2 - VILLARREAL 1
Manchester City: Hart; Zabaleta, Lescott, Kompany, Kolarov; De Jong (Agüero, m. 62), Yaya Touré; Johnson (Barry, m. 39), Silva, Nasri (Milner, m. 79); y Dzeko. No utilizados: Pantilimon; Richards, Savic y Clichy.
Villarreal: Diego López; Zapata, Marchena, Gonzalo, Catalá; Bruno, Borja Valero; Hernán Pérez (Wakaso, m. 79), De Guzmán (Marcos Gullón, m. 88), Cani (Mario, m. 81); y Rossi. No utilizados: César; Musacchio, Gerard Bordás y Joselu.
Goles: 0-1. M. 3. Cani. 1-1. M. 42. Marchena, en propia puerta. 2-1. M. 92. Agüero.
Árbitro: Pavel Kralovec (Chequia). Amonestó a Catalá, Mario Gaspar y Rossi.
Unos 47.000 espectadores en el estadio Etihad City of Manchester.
Lo mejor de los locales se concentra en el ataque, imprevisible y veloz
Cani, con largas conducciones, intentó dar un respiro a los de Garrido
Los problemas del City se focalizaron en la zona de ataque. La prudencia aconsejó a Roberto Mancini a prescindir de inicio del Kun Agüero, recién salido de una lesión y al que tuvo que recurrir el preparador en el segundo acto. Sancionado Balotelli desde la pasada Liga Europa y apartado Tévez, al preparador italiano solo le quedaba disponible Dzeko en ataque. De Jong y Yaya Touré apuntalaron el centro del campo, dejando la variante ofensiva para Nasri, Johnson, sustituido por Barry antes de finalizar el primer acto, y Silva. El canario volvió a convertirse en el director de orquesta del grupo de Mancini.
Lo mejor del City se concentra en el ataque, creativo, imprevisible y veloz. En defensa sigue siendo un conjunto típico inglés, tan fuerte como rudo. Lo comprobó pronto el Villarreal, que se presentó sin complejos en el terreno de juego, intentando retener el esférico lo máximo posible y adelantando unos metros la presión para dificultar el inicio del juego de los citizens.
El Villarreal alcanzó el gol nada más dar comienzo el encuentro. El holandés De Jong, más conocido por su desmedida agresividad que por sus dotes técnicas, se despistó a la hora de iniciar el juego propiciando que De Guzmán le arrebatara el balón y enviara a Rossi. El duro disparo del internacional italiano fue rechazado de mala manera por Hart. El esférico cayó a los pies de Cani, quien lo envío a la red de manera suave.
Inesperadamente, el Villarreal se encontró con un paisaje idílico. El City había pagado la falta de fuelle inicial. Con el golpe encontró la energía que le convierte en letal y acorraló al Villarreal, que tuvo los primeros cinco minutos más reconocibles y productivos en lo que va de temporada.
Se agenció el esférico Silva y la máquina celeste comenzó a funcionar por más insistencia que juego, con más velocidad que precisión, por el centro y por las bandas, con Nasri y Johnson hiperactivos, con la zurda de Kolarov lanzando sus misiles. Los veinte minutos posteriores al gol fueron de autentico agobio para el Villarreal, que salió indemne de la situación y logró descongestionarse gracias a la movilidad de Hernán Pérez, cuya habilidad y velocidad anestesiaban por instantes la fuerza del City representada por el omnipresente Yaya Touré.
Si a los tres minutos de partido llegaba el gol del Villarreal, a falta de tres para finalizar el primer acto alcanzó el empate el City en una jugada iniciada, como no, por Silva, cuya apertura a la izquierda la continuó Nasri hasta Kolarov, cuyo centro cayó a los pies de Dzeko, que había ganado la espalda a los centrales amarillos. Todo el vértigo del conjunto de Mancini se convierte en pausa y transparencia cuando interviene Silva en el juego. El jugador canario se ofrece tanto como sus compañeros le buscan para que aclare, dé brillo y embellezca el industrial fútbol del conjunto británico. Silva amplifica y ennoblece al Manchester City.
Entendió el Villarreal que no podía sobrevivir a los continuos ataques del City, que la contención pasaba por retener lo máximo posible el esférico, de lo que se encargó, sobre todo, Cani, cuyas largas conducciones tenían sentido y daban respiro al Villarreal que se asomaba con más asiduidad de la esperada al área de Hart, hasta el punto de equilibrar por momentos un choque que se intuía desigual.
Al final apareció Agüero para dejar en nada el esfuerzo amarillo.
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