El cuerpo como antena
El Arts Santa Mònica reúne obras que utilizan de forma insólita las ondas de radio y el espectro electromagnético
¿Quiere experimentar la sensación de convertirse en un dial humano y usar su cuerpo para sintonizar cadenas de radio? Puede hacerlo gracias a la instalación Frecuencia y volumen de Rafael Lozano-Hemmer, que convierte al espectador en una antena, de modo que, según se mueve por el espacio, la sombra de su cuerpo le permite captar cualquier frecuencia y también subir o bajar el volumen de la emisión. La cosa se pone interesante cuando en la sala entran varias personas a la vez y el babélico concierto que generan ofrece una idea del enjambre de ondas que nos rodea.
La obra forma parte de Campos invisibles. Geografía de las ondas radio, una exposición abierta en el centro Arts Santa Mònica de Barcelona, hasta el 4 de marzo, que explora las ondas de radio, un tipo de radiación electromagnética considerada el descubrimiento más importante de la física desde finales del siglo XIX. "Las ondas son invisibles, pero nos rodean. Todo el mundo las conoce, pero pocos son conscientes de cómo funcionan, cómo se gestionan e incluso cómo se venden", explica José Luis de Vicente, comisario de la muestra con Honor Harger, directora del centro Lighthouse de Brighton.
Una jaula de Faraday bloquea los teléfonos móviles en una habitación
La exhibición, que después irá al Reino Unido, intenta arrojar un poco de luz sobre este paisaje enigmático, a través de una serie de obras que visualizan de formas diferentes e insólitas, la infraestructura invisible denominada espectro electromagnético. "La radio, el telégrafo y el teléfono han acabado con las distancias geográficas, transformando nuestra concepción del mundo y convirtiéndose en el trasfondo técnico y conceptual de las tecnologías de la información", añade De Vicente. Colaboran con el proyecto, los centros de arte Bòlit de Girona y La Laboral de Gijón, coproductores de sendas obras, que también expondrán en sus sedes. La de Bòlit es una instalación de Job Ramos que intenta plasmar la experiencia de Radio Liberty, una emisora estadounidense que retransmitió desde Pals (Costa Brava) entre 1951 y 2001, cuyas enormes antenas fueron destruidas en 2006 en medio de una gran polémica. Desde Gijón llega Observatorio de Clara Boj y Diego Díaz, un dispositivo de realidad aumentada instalado en una especie de catalejo turístico, en este caso dirigido hacia La Rambla, que permite visualizar y contabilizar las redes wifi abiertas y cerradas.
También hay obras que se interrogan acerca de los efectos de las ondas sobre el cuerpo humano, las que exploran sus implicaciones económicas y las que intentan visualizar los espacios secretos, desde comunicaciones militares cifradas hasta las enigmáticas señales que nadie se atribuye. Para descansar un poco, la exposición incluye una jaula de Faraday, una especie de agujero negro donde se bloquean los móviles de cualquier generación, que proporciona un momento de silencio hertziano, bastante infrecuente en el mundo actual.
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