Paul Ríos entona un "misión cumplida"

Cuando Paul Ríos (Getxo, 1974) asumió a comienzos de 2006 las riendas de Lokarri, no podía haber imaginado que, cinco años y medio después, iba a dar la bienvenida en San Sebastián a todo un Nobel de la Paz como Kofi Annan, o al líder del Sinn Fein, Gerry Adams, con quienes ayer tuvo ocasión de compartir mesa en el Palacio de Aiete. Después de varios meses preparando esta cita "con mucho mimo", Ríos tuvo el honor de hacer de anfitrión en uno de los acontecimientos políticos que mayor repercusión mediática que se ha vivido en Euskadi durante los últimos años.

Sus colaboradores más cercanos admitieron que estaba "plenamente satisfecho" del resultado. La amplia sonrisa que exhibió cuando bajaba las escalinatas del palacio para escuchar la declaración de las seis personalidades valía tanto como la mejor valoración. "Misión cumplida". Este es el único flash que Lokarri, y su líder, quisieron transmitir en privado. Ríos, con un refrigerio en la mano después de despedir a los mediadores, reconocía que el "enorme esfuerzo" empleado había "merecido la pena".

Casado y con dos hijos menores, licenciado en Derecho, Ríos acaparó ayer un protagonismo que "no le gusta", dicen sus amigos. Tomó la capitanía de Lokarri cuando Elkarri, entonces dirigido por Jonan Fernández, se disolvió para tomar la singladura hacia "el acuerdo, la consulta y la reconciliación".

En los tiempos del Gobierno de Ibarretxe, se decantó a favor de su plan y la consulta popular.Después ha criticado que el Gobierno de Patxi López haya rebajado de más de 10.000 euros a 4.350 euros la subvención anual que otorga a Lokarri, y hecho público el sueldo neto que cobra (14 pagas de 1.575 euros). Ahora, ha apoyado la legalización de Sortu y criticado duramente la sentencia del caso Bateragune. En los últimos meses ha sido el hombre que no se separa del abogado surafricano Brian Currin, del Grupo Internacional de Contacto.