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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Viaje en el tiempo con Ferrer y López

Desde 2006 ningún tenista español, salvo Nadal, era finalista de un masters 1OO0 en cemento

Tras ganar (6-2 y 6-4) al alemán Florian Mayer en los cuartos del Masters 1.000 de Shanghái, Feliciano López coge un rotulador y escribe sobre una cámara: "Fuerza Padilla". Igual que el tenista toledano recuerda a Juan José, el torero del rostro desfigurado por una cornada, bien podría haber celebrado David Ferrer su victoria (6-7, 6-2 y 7-6) sobre el estadounidense Andy Roddick de similar manera. "Fuerza, Juan Carlos", pudo haber garabateado el alicantino porque Ferrero, su amigo, está en manos de los médicos, que revisan su lesión de tobillo, y porque Ferrero, allá por 2006 (Cincinnati), fue el último español, Rafael Nadal aparte, en jugar una final de un masters 1.000 sobre cemento. O López o Ferrer heredarán el puesto. Hoy, en las semifinales (10.30, Teledeporte), compiten por disputar el título al vencedor del duelo entre el japonés Kei Nishikori y el británico Andy Murray.

Al viaje en el tiempo de los tenistas españoles, retrotraídos hasta hace un lustro, contribuyeron, sin duda, las bajas (no compitieron en China el serbio Novak Djokovic, el suizo Roger Federer ni el sueco Robin Soderling), pero también sus méritos. Ferrer, que ya alcanzó en el mismo escenario la final de la Copa de Maestros de 2007, se deshizo de Roddick en un partido tremendo, rebosante de peloteos como truenos. López, un santurrón con su barba y su pelo largo, derribó con sutileza a Mayer, el verdugo de Nadal, y antes despidió al checo Tomas Berdych, el número siete, ganador en Pekín la semana pasada. Los dos están ante una oportunidad única. A los dos les une una segunda juventud, la pausa que dan los años y el acicate de saber que hay ocasiones que nunca vuelven.

"Sí", reconoció Ferrer, el número cinco a los 29 años, "eso de la madurez es que he mejorado a nivel personal, mental, y en llevar los tiempos". "Sí", le continuó, a modo de coro, López, que ya tiene 30 y bordea con el resultado de Shanghái la mejor clasificación de su carrera (número 20 en 2005), "mi actitud es diferente. Disfruto más del tenis, de lo que tengo y lo que he conseguido. No me esperaba llegar así a los 30, tan en forma, sin problemas. Estoy con una alegría más grande en la pista y se nota".

López ha vencido a Ferrer en seis de los siete partidos que han disputado sobre cemento y le domina por seis a cuatro en sus cruces. Los dos se juntaron este verano para derrotar en pista dura y bajo techo a dos de los diez mejores: tumbaron a los estadounidenses Mardy Fish y Roddick en los cuartos de la Copa Davis. Hoy, en Shanghái, como en Austin, recuerdan que Nadal no está solo.

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