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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

"Así es imposible"

Nadal, derrotado por Mayer en los octavos de Shanghái, retrocede en las estadísticas que definieron su glorioso 2010: cede más saques, logra menos 'aces' y resta peor

Es como un escalador fatigado tras coronar la cumbre más escarpada. Ayer, Rafael Nadal cayó 6-7 y 3-6 ante el alemán Florian Mayer y en octavos del Masters 1000 de Shanghái. Hace un año, el mallorquín cedió en la misma ronda de ese torneo. Pocas cosas, sin embargo, unen al Nadal de 2010, avalado por un curso glorioso (campeón de Roland Garros, de Wimbledon y del Abierto de Estados Unidos) con el de 2011 (campeón en París y derrotado en seis finales por el serbio Novak Djokovic). Desde la cumbre de la temporada pasada, Nadal, el tenista con más victorias de la presente (66), ha retrocedido en todas las estadísticas al servicio. "No he tenido puntos gratis con el saque", diagnosticó tras perder la final del Abierto de Estados Unidos 2011. Por ahí, dicen los datos, palidece su año en comparación con el anterior y se explican en parte sus problemas. "Es una derrota que me afecta", dijo ayer, cabizbajo.

"Mi resto fue terrible", dijo el balear, que solo ganó cuatro bolas con el primer servicio rival

En todo 2010, Nadal logró 310 aces, por los 260 que suma ahora a falta de dos torneos. En consecuencia, frente a los 322 puntos de break a los que debió enfrentarse el curso pasado, en este ya sumaba 408 a principios de semana. Eso es jugar ahogándose en presión. Eso es sufrir donde antes se respiraba alegremente. La lógica es aplastante. A más posibilidades de ceder el saque, más saques cedidos: de ganar el 90% de esos parciales en 2010, a un paso de la perfección, rozando la imbatibilidad y el tenis de leyenda, Nadal ha pasado a vencer el 84%, humanizado y transformado en un competidor más cercano, abordable incluso para Mayer, el número 23 del mundo. Jamás perdió el español el saque tantas veces (12) como frente a Djokovic en la final del Abierto de Estados Unidos.

El virus que afecta al servicio del número dos mundial también infecta estos días a su juego al resto. Frente al británico Andy Murray, la semana pasada en la final de Tokio, solo sumó así dos puntos en el tercer set, que cedió, con el título, por 6-0. Frente a Mayer, Nadal solo ganó cuatro bolas cuando recibió un primer saque. "Mi resto fue terrible", admitió ayer en una entrevista con EFE. "Así es imposible".

"Como movía las muñecas demasiado pronto, no conseguía restar con seguridad", reflexionó en Teledeporte Toni Nadal, tío y entrenador del número dos, que identifica cada gesto de su sobrino como lo que es, y así lo cuenta. "Ha habido un error", prosiguió el técnico. "Se ha encontrado dos veces con 0-30 en el segundo set y ha fallado dos restos fáciles. Así es difícil ganar. Tienes que estar más atento y con más decisión en esos momentos. En el tenis gana el que afronta con más decisión esos momentos. Rafael no lo ha hecho".

Djokovic, lesionado, no compite en Asia, lo que no le impidió asegurarse ayer el número uno hasta 2012 tras la derrota del español. El suizo Roger Federer se ha dado de baja en esa gira para descansar y preparar el sprint final de curso. Como Nadal lo juega todo, dicen los optimistas, es normal que también pierda más. La realidad, sin embargo, sitúa al español ante un escenario frustrante. Solo una vez disputó tantas finales en un año (10, en 2008). Jamás perdió tantas (siete). Con el Masters de París, la Copa de Maestros y la final de la Copa Davis como citas ineludibles de lo que queda de temporada, es más que probable que su cuerpo y su cabeza necesiten un descanso.

Mientras eso llega, Nadal, que tiene un crédito infinito y ha superado situaciones peores (lesiones de rodilla, rachas sin ganar a los otros diez mejores), sufre. Hay cosas excelentes en su curso: no siempre se llega a tres finales grandes y se gana una. Él mismo, sin embargo, se ha puesto el listón muy alto con su titánico currículo. Los síntomas de sus problemas arrancan en el servicio, se extienden al resto y empiezan a echar raíces en su cabeza. Ya se conoce el diagnóstico. La enfermedad y la medicina tienen el mismo origen: perder o ganar contra Novak Djokovic.

RESULTADOS. Octavos de final. F. López-T. Berdych (R. Ch.), 6-4 y 6-4. A. Murray (R.U.)-S. Wawrinka (Sui.), 6-4, 3-6 y 6-3. A. Roddick (EE UU)-N. Almagro, 6-3 y 6-4.

Nadal se despide del público tras caer ante Meyer.
Nadal se despide del público tras caer ante Meyer.MARK RALSTON (AFP)

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