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Reportaje:

Londres más cerca

Un inexperto equipo español se clasifica para el preolímpico de gimnasia tras acabar duodécimo en los Mundiales de Tokio

Amaya Iríbar

Cuatro chicas de 16 años y de escasa experiencia, una veterana de 19 y una líder tímida y reconcentrada en sí misma de 18 -con dos graves lesiones en su historial-, no parecen las mejores bazas para triunfar en un deporte tan exigente y competitivo como la gimnasia de hoy, donde a las grandes potencias de este siglo (Estados Unidos, Rusia, China y Rumanía), se han sumado un puñado de equipos que invierten ingentes cantidades de dinero, como Alemania, Australia, Reino Unido, Japón, Italia, Francia... Si a esta situación se añade la depresión que vive la gimnasia femenina española desde hace ocho años y una escasez preocupante de atletas es fácil entender que la duodécima plaza lograda ayer por España en los Mundiales de Tokio se celebre como una fiesta. O, al menos, como el principio de ella.

Izurieta, líder del equipo a su pesar, es la única finalista, en el concurso completo

Hace cuatro años esa posición suponía la última plaza directa para los Juegos con el equipo completo. Pero este año la Federación Internacional, la misma que ha complicado este deporte hasta hacerlo incomprensible al eliminar el 10,00, la misma que lo ha cambiado para siempre al subir la edad mínima de participación hasta los 16 años, se ha inventado un preolímpico en el que ocho equipos se jugarán los cuatro últimos billetes. Será entre el 10 y el 18 de enero en Londres y allí España se encontrará con Italia, Francia, Canadá, Holanda, Brasil, Corea del Sur y Bélgica. Con una complicación añadida: las gimnastas deberán alcanzar el segundo pico de forma de la temporada, con el enorme desgaste que eso supone, a solo seis meses de los Juegos, la gran cita de sus vidas.

Jesús Carballo, el seleccionador español, que se las sabes todas porque lleva más de 30 años en el cargo y ha fabricado a muchas gimnastas de primer nivel, incluida una campeona del mundo -Elena Gómez en 2002- , es consciente, pero también realista: "mi objetivo como entrenador es el preolímpico", decía en el último entrenamiento en Madrid; "luego habrá que cambiar todos los ejercicios".

Para ello cuenta con Ana María Izurieta, recuperada para la gimnasia y líder de este equipo, a veces a su pesar. Izurieta será la única finalista española de estos Mundiales, el jueves en el concurso completo.

Allí verá de cerca a la que promete ser una de las estrellas del campeonato, la rusa Viktoria Komova. De aspecto frágil como un pajarito y una gimnasia clásica, espectacular, limpia y casi siempre precisa, la hija de Vera Kolesnikova -que los muy fanáticos recordarán de aquel equipo soviético imbatible de mediados los años 80-, la primera campeona olímpica júnior parece totalmente recuperada de la grave lesión que sufrió en una pierna y ayer, en su primera competición adulta, fue la mejor. Lidera la clasificación individual, en la que promete un mano a mano con la estadounidense Jordyn Wieber, y estará en tres de las cuatro finales por aparatos: paralelas, barra y suelo.

La primera batalla, sin embargo, será entre los ocho mejores equipos, el próximo martes. Y ahí no solo Rusia y Estados Unidos tienen algo que decir. Atentos a China.

Clasificados para la final y para los Juegos: 1. EE UU, 234,253 puntos. 2. Rusia, 231,062. 3. China, 230,370. 4. Rumanía, 227,228. 5. Japón, 223,543. 6. Australia, 221,846. 7. Alemania, 221,163. 8. Reino Unido, 220,553.

Ana María Izurieta, en el ejercicio de barra.
Ana María Izurieta, en el ejercicio de barra.YOSHIKAZU TSUNO (AFP)

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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