Un presunto narco sale de prisión por la lentitud judicial

Considerado el número uno del narcotráfico en Galicia cuando fue detenido por la Agencia Tributaria el 29 de octubre de 2007 dirigiendo el desembarco en una playa de Cangas de cuatro toneladas de cocaína, el cambadés Ramiro Vázquez Roma ha salido de la cárcel por las dilaciones de la causa, en cumplimiento de un auto del juez de Cambados con fecha de este lunes. Cuatro años después de su detención, el abultado sumario que se instruyó en Cambados ha pasado al menos dos entre la Audiencia de Pontevedra y la Audiencia Nacional, sin que haya habido acuerdo sobre quién era competente para juzgar al presunto capo y a los 18 acusados de integrar la organización, entre ellos su mujer y varios familiares.

Dos años se perdieron en discutir qué órgano tiene que juzgarlo

Sin antecedentes penales, Vázquez Roma ha superado el tiempo de prisión preventiva sin ser juzgado, ya que la Ley de Enjuiciamiento Criminal fija un máximo de cuatro años en estos casos. En 2010, el juez le fijó una fianza inicial de 130.000 euros que no abonó y que se redujo a 65.000 euros semanas antes de confirmar que sería excarcelado. El resto de los imputados ya están en libertad condicional.

Según el informe de la fiscalía, Vázquez Roma "lideraba un grupo organizado para introducir ingentes cantidades de sustancias estupefacientes, empleando para ello medios muy sofisticados de comunicación y de transporte, haciendo alarde de una capacidad económica y organizativa de máximo nivel". Este grupo, según el informe, estaba diversificado en dos ramas, la dedicada al transporte de droga y su descarga, y la de blanqueo de dinero, amparada en la actividad del astillero de Viana do Castelo (Portugal), Vianapesca. La empresa tenía como objetivo hacer aflorar al mercado legal los beneficios obtenidos con el tráfico de drogas y la construcción de las embarcaciones para el narcotráfico. Según la Agencia Tributaria, en dos años, el astillero construyó más de 70 naves.

Parte de estas lanchas y planeadoras fueron vendidas directamente a redes involucradas en el tráfico de drogas y a empresas náuticas que hacían las veces de intermediarias. Algunas de estas empresas, como Náutica Óscar, Náutica Sánchez, Náutica Bel Air, o Náutica Aquasport, aparecen implicadas en procedimientos penales. El valor de sus bienes embargados en España y Portugal supera los 30 millones de euros.