Bernanke culpa a la política cambiaria china y a la crisis europea del frenazo en EE UU
Ben Bernanke se esforzó ayer ante el Capitolio por dejar claro que no habrá recesión en EE UU. Aunque admitió que hay factores "persistentes", como la crisis de la deuda soberana en Europa, que seguirán lastrando el crecimiento. El presidente de la Reserva Federal (Fed) apostó por un repunte en el segundo semestre de la economía americana y aseguró que actuará si las cosas van a peor, pero también mandó un recado a China.
Bernanke reiteró los llamamientos de Washington para que Pekín permita una apreciación del yuan, que, a su juicio, se encuentra un 15% por debajo de su valor real. La política de tipo de cambio de China "ha impedido hasta cierto punto el ajuste económico global", recalcó
Goldman Sachs se adelantó a su comparecencia presentando una imagen sombría de la economía de EE UU, que atribuyó en buena medida al efecto de la crisis europea, que llevará a la recesión a países como Alemania, Francia y España. Jan Hatzius, su economista jefe, dijo que también la mayor potencia del mundo está por ello "al borde de la recesión", aunque también se mostró confiado en que lo evitará. Las posibilidades, dijo, son del 40%.
Bernanke se mostró preocupado por el efecto en el crecimiento estadounidense. "Me preocupa, por eso seguimos muy de cerca la exposición de nuestros bancos", señaló. En el caso de Grecia, Irlanda y Portugal el impacto es "mínimo", aunque se complicaría si salpica al corazón de la zona euro o hubiera una quiebra "descontrolada" en Atenas.
La Fed, aseguró Bernanke, confía en los mecanismos que tiene en marcha Europa para dar liquidez a su sector financiero y afrontar la situación, que apoya con créditos en dólares.
Bernanke señaló de nuevo que la salida de la crisis está siendo más lenta y menos robusta de lo que esperaba la Fed. E indicó que la pasada recesión fue más profunda de lo que se pensaba meses atrás. Eso, añadió, afectará sin duda a la marcha del empleo y del consumo.
Su previsión es que para el segundo semestre "la expansión sea más rápida que en la primera mitad". Esta anemia en el arranque de 2011 puede atribuirse a "factores temporales", como el alza del petróleo por la "primavera árabe" o el terremoto en Japón.
Y junto a la crisis de la deuda soberana europea, citó el desajuste fiscal que también sufre EE UU. Por eso pidió a los legisladores en el Congreso y a la Casa Blanca que hagan su parte a la hora de apoyar el crecimiento e incentivar la creación de empleo: "La política monetaria es un instrumento, no la panacea para solucionar los problemas que afronta la economía".
Eso sí, recalcó que la Fed actuará si la economía y en el sistema financiero empeoran. Ninguna opción se descarta, aunque ahora no se plantea reactivar la máquina de hacer dinero para comprar más deuda.
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