La nueva vida de Checa
El barcelonés se convierte en el primer español que gana el Mundial de Superbikes, casi dos décadas después de debutar en 125cc
Cuando uno echa un vistazo al paddock del Mundial de MotoGP o al de Superbikes, se da cuenta de que quedan muy pocos pilotos como Carlos Checa (Sant Fruitós de Bages, Barcelona; 1972), un individuo que lleva en esto de las carreras casi 20 años y que ayer, en el circuito francés de Magny-Cours, se convirtió en el primer español en conquistar el certamen que controlan los hermanos Flamini, una prueba antes del final. Sin embargo, el elemento que le distingue de otros que como él han sido campeones, como el propio Valentino Rossi, Jorge Lorenzo, Ben Spies o Casey Stoner, es que en el caso de Checa resulta imposible encontrar una sola persona del mundillo que hable mal de él.
Al catalán le bastaba con terminar entre los 13 primeros la primera de las dos mangas que se disputaron en el trazado galo. No obstante, su nivel de compenetración con la Ducati que conduce ha llegado a tal punto que hasta se atrevió a desmelenarse, salió a ganar y se llevó las dos carreras, el quinto doblete para él de una temporada que ha dominado de cabo a rabo (14 triunfos de 24). Y todo eso con una moto que se podría catalogar como satélite, por más que la marca italiana se alineara con él, consciente de que se trataba de la apuesta más segura.
"El accidente en 1998 me marcó porque no tenía un duro y no sabía si podía seguir"
"Carlos es un currante. Y físicamente está a tope", afirma desde Japón Ramon Forcada, jefe de mecánicos de Lorenzo. "Es muy buena gente, el típico tío que despierta simpatía allá por donde va. Cuando gana él todo el mundo se alegra. Ha dedicado su vida a las motos y lo ha pasado mal; ha tenido buenos momentos y otros no tanto. Pero ha seguido batallando hasta lograr su premio. Con la edad que tiene lo más fácil era decir 'me voy a casa', pero se ha machacado hasta conseguirlo", añade el técnico, que compartió taller con él en su última temporada en el Mundial de MotoGP (2007). Y añade: "Él es mecánico, por eso quiere enterarse de todo lo que le haces a la moto".
Sin duda, el título conseguido ayer será uno de esos momentos buenos, aunque, seguramente, el malo es igual o más identificable. Fue en el Gran Premio de Gran Bretaña de 1998, en Donington Park, en un accidente que le costó el bazo y casi la vida. "Eso me marcó porque no tenía un duro y no sabía si iba a poder seguir corriendo. Por eso no me ha costado dirigir mi vida. Ha habido años que he competido sin cobrar", reconoce Checa, que recibió una lluvia de enhorabuenas.
"Me alegro mucho por él, es mi amigo. Es un Oscar a su carrera y se lo merece. Ya que en Ducati lo pasamos mal en MotoGP, al menos que en Superbikes podamos celebrar algo", le piropeó Valentino Rossi, también desde Motegi. Lo mismo hicieron Lorenzo, Pedrosa y tantos otros. "Llevo tantos años corriendo que los conozco a todos", zanja el flamante campeón.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.