El líder del PP promete 3.000 euros a quien contrate a su primer trabajador
Rajoy se queja en Valencia de que las Administraciones no pagan sus deudas
Valencia es casi siempre un lugar difícil para Mariano Rajoy, lleno de contradicciones políticas. No está ya Francisco Camps, pero su gestión sigue ahí. 2.400 millones de euros pendientes de pago a proveedores, demoras de hasta 600 días... Así que cuando Rajoy desarrolló ayer en la Ciudad de las Artes su discurso sobre pymes y lanzó un duro alegato contra las Administraciones que no pagan y despilfarran, era realmente extraño ver a todo el Gobierno valenciano y a los exconsejeros de Camps aplaudiendo a rabiar.
"Empresas viables han tenido que cerrar porque no les pagaban. Que las Administraciones no paguen es lamentable, la primera obligación de una Administración es pagar. Si no tienes dinero en los Presupuestos no asumas gastos", decía Rajoy mientras Vicente Rambla, exvicepresidente; Gerardo Camps, exconsejero de Economía; José Manuel Vela, actual responsable de Hacienda, o el presidente, Alberto Fabra, el único que no fue elegido por Camps, sino por Rajoy, aplaudían.
Los discursos económicos del líder popular son cada vez más concretos
Por un momento recordaba a una de las escenas más conocidas de Casablanca: el capitán Renault cierra el Rick's café al grito de "¡Qué escándalo! ¡He descubierto que aquí se juega!". Unos segundos después, mientras Humphrey Bogart observa la escena con cara de resignación, un colaborador entrega al policía francés sus ganancias en la ruleta. "Ah, gracias", contesta el agente.
Rajoy no tenía previsto hacer este foro en Valencia. Estaba convocado en Madrid, una comunidad que como todas es morosa pero no tanto. Pero la presión de Rita Barberá, que se quejó en público de un supuesto maltrato de Rajoy al partido en esta comunidad después de la dimisión de Camps, le forzó a moverlo. Y eso complicaba su discurso.
Además de la morosidad de las Administraciones, el otro gran problema de las pymes, explicó Rajoy, es el del crédito. Ahí anunció que cuando llegue al Gobierno hará una "verdadera reestructuración de bancos y cajas que empiece por el saneamiento de los mismos". Ni una mención al hecho de que precisamente en esta comunidad está la CAM, controlada por el PP. El equipo de Rajoy culpa al Banco de España y evita criticar a los responsables de la Generalitat por la CAM o de la Xunta de Galicia, por Novacaixagalicia, también nacionalizada. En cualquier caso, Rajoy plantea que los emprendedores, uno de los ejes de su propuesta electoral, busquen también otro tipo de financiación. Habló de los business angels, personas que se dedican a unir a inversores con emprendedores con ideas nuevas. Así nació Tuenti, explicó. También está la fórmula, habitual en EE UU, de fondos mixtos público-privados. Así nació Google, detalló el líder de la oposición.
Los discursos de Rajoy son cada vez más concretos -aunque casi siempre sin medidas impopulares- y centrados solo en la economía y el empleo. De hecho, ayer renunció a hablar de ETA, pese a la novedad de Ekin, y esquivó a la entrada un intento de los informadores de preguntarle sobre el asunto.
Rajoy detalló hasta 14 propuestas para ayudar a las pymes y la creación de empleo. Se concentran en importantes bajadas de impuestos -sobre todo el de sociedades, cinco puntos menos para pymes-, facilidades para crear una empresa, una reforma laboral para que los convenios se negocien en cada empresa sin un mínimo de convenios sectoriales, e incentivos al empleo.
Rajoy prometió que dará 3.000 euros -aunque no está claro si como desgravación o como ayuda y en qué impuesto- "por la contratación del primer trabajador que no tenga la condición de socio de una empresa de nueva creación". Una medida pensada para que los autónomos se animen a contratar. "Si cada pyme o cada autónomo contratara a una sola persona, habría un salto de incalculables dimensiones en España", sentenció.
Camps se aparta, Carlos Fabra y Ripoll aún no
Mariano Rajoy no se destaca por resolver rápido los problemas. Sus defensores señalan que al final sí logra que desaparezcan, con el tiempo. Ayer era el primer día para comprobar los efectos de esa estrategia lenta. Francisco Camps ha desaparecido, no estaba ni siquiera en Valencia, y parecía como si nunca hubiera existido. Nadie le citó. El alivio que ha supuesto para el partido era muy evidente, aunque hace solo cuatro meses todos los presentes, incluido Rajoy, aplaudían a rabiar a Camps en una abarrotada plaza de toros.
Rajoy ha logrado que en las entrevistas ya apenas le pregunten por corrupción. Pero los problemas no han desaparecido del todo. Carlos Fabra ya no es presidente de la Diputación, pero sigue siendo líder del PP en Castellón, tanto que está presionando para que su hija, Andrea, sea cabeza de lista en las generales. Y ayer se dejó ver mostrando su poder en el acto de Rajoy. También estaba Joaquín Ripoll, que tampoco es ya presidente de la Diputación de Alicante pero sí jefe del partido allí. Además, se le ha buscado acomodo como director del puerto. La que no estaba es Sonia Castedo, alcaldesa de Alicante, inmersa como los otros dos en escándalos de posible corrupción.
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