El juez cita a la familia Ruiz-Mateos por posible estafa en Nueva Rumasa
Pablo Ruz eleva la fianza a 30 millones para asumir sus responsabilidades
La segunda pesadilla de la familia Ruiz-Mateos puede estar a punto comenzar. El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz ha citado a declarar como imputados, entre el 18 y el 19 de octubre, a José María Ruiz-Mateos, su mujer, sus seis hijos varones y un sobrino por los presuntos delitos de estafa, insolvencia punible y administración desleal en las empresas de Nueva Rumasa.
En un auto publicado ayer, el magistrado del Juzgado Central de Instrucción número 5 también eleva de 13 a 30 millones la fianza que deberá depositar la familia Ruiz-Mateos para hacer frente a las posibles responsabilidades pecuniarias que les exigen los inversores en pagarés que se han personado en las actuaciones penales contra ellos, que rondan ya los 300, informa Efe.
La empresa engañó a los inversores sobre el destino de su dinero
El patriarca de la familia Ruiz-Mateos, su mujer, Teresa Rivero, y sus hijos Zoilo y Álvaro deberán ser los primeros en comparecer ante el juez, el día 18, mientras que el resto de la familia y uno de los sobrinos, Zoilo Pazos Jiménez, han quedado citados para el 19. El juez Pablo Ruz decidió investigar a la familia tras la querella del despacho Martínez-Echevarría, Pérez y Ferrero Abogados en nombre inicialmente de 63 particulares que invirtieron un total de 9,44 millones en pagarés. Tras la admisión a trámite de esa querella, que fue apoyada por la Fiscalía Anticorrupción, se ha identificado a 1.017 inversores con una inversión de 90,49 millones.
La investigación persigue determinar el destino último de las cantidades que depositaron los inversores de Nueva Rumasa, que fue vendida por los Ruiz-Mateos a principios de septiembre a Ángel de Cabo, dueño de un fondo buitre, que también se hizo con Marsans.
Nueva Rumasa pidió dinero a los inversores diciendo que se destinaría a compras de empresas. Las cuentas anuales de la primera empresa que emitió pagarés, Carcesa, mostraron que al final una mínima parte de los fondos se destinó a ese fin, como desveló este diario.
Pero además, la correspondencia de Ruiz-Mateos con los directivos del Banco Santander, hecha pública por la propia familia Ruiz-Mateos, demostró que Nueva Rumasa no estaba en posición compradora, pese a lo que decía a los inversores. "Los tiempos no están para invertir, sino para recoger... a veces es bueno aparentar de cara a sostener un clima de confianza y seguridad ante nuestros proveedores y clientes", decía José María Ruiz-Mateos en una carta a Javier Peralta, director general de Riesgos del Santander, con copia al presidente de la entidad, Emilio Botín, y al consejero delegado, Alfredo Sáenz, que la propia Nueva Rumasa hizo pública a comienzos de marzo pasado junto a otras misivas que también pueden ser incriminatorias.
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