Un líder bueno, bonito y barato
El Betis, primero e invicto pese a estar en Ley Concursal y gastar solo 1,8 millones
Una sonrisa de oreja a oreja ilumina la cara del bético, condenado desde 2005, cuando el Betis ganó la Copa del Rey y se clasificó para disputar la Liga de Campeones, a sufrir temporadas llenas de mediocridad y dos años en Segunda División mientras el Sevilla disfrutaba de su periodo más glorioso. La afición del Betis se despertó, tras el triunfo ante el Zaragoza, con su equipo líder de la mejor Liga del mundo. A cuatro puntos del Barcelona y el Sevilla, a cinco del Madrid, a tres del Valencia y el Málaga, el Betis es líder de Primera 10 años después de la última vez, y ha igualado el segundo mejor arranque de su historia, el de la temporada 63-64, cuando finalizó en tercera posición. Junto al Manchester United, es el único equipo de las grandes Ligas que ha ganado todos los partidos.
El club pagó por tres jugadores; otros tres llegaron cedidos; y tres más, gratis
Registros que dan lustre a una entidad que sufre un proceso de reconversión al acumular 84 millones de deuda y organizarse bajo la Ley Concursal. Con un presupuesto de 47 millones, el Betis dedica 10 anuales a paliar esa deuda, y la planificación en el verano de su retorno a Primera ha estado marcada por la modestia. "Lo que más me anima es comprobar que le sacamos 11 puntos al descenso en cuatro jornadas. No esperábamos ser líderes, pero estamos muy ilusionados", afirma a este periódico Pepe Mel, el técnico protagonista de este pequeño milagro, que no dirigió ayer la sesión de entrenamiento al estar en Madrid en el entierro de su suegra.
Futbolista verdiblanco entre 1989 y 1993, este madrileño que se proclama bético a boca llena parece dispuesto a morir con las botas puestas. Ha dotado al Betis de un sello indiscutible, unas maneras que apuestan por el buen trato del balón y la presión en campo contrario como señas de identidad de un equipo en el que despuntan jugadores semidesconocidos como Beñat, repescado del Conquense, Salva Sevilla, fino mediapunta de la cantera del Sevilla que el Betis fichó del Salamanca, y Dorado, central que llegó del Huesca. Al mismo tiempo, se rehabilitan futbolistas antaño en la elite, caso de Roque Santa Cruz, autor de dos goles contra el Zaragoza, y Chica, que aterrizó en el Betis tras quedar libre en el Espanyol. Agazapados, además, un grupo de canteranos, caso de Vadillo, Pozuelo, Ezequiel y Sergio, con hambre de gloria.
"La verdad es que jugamos muy bien al fútbol", proclama Mel, quien ha tenido la virtud de hacerles creer a sus futbolistas que son los mejores y que afronta los partidos con una valentía desconocida en un recién ascendido. "Les digo a mis jugadores que tenemos que pelear por ganar todos los partidos. También me dijeron el año pasado que estaba loco por afirmar que la eliminatoria de Copa ante el Barcelona estaba al 50%", añade Mel. Aquella eliminatoria de cuartos sirvió para mostrar lo que ya se cocía en Sevilla.
"Hay que tener tranquilidad. Hemos hecho un gran arranque, pero que nadie piense que el Betis luchará por ser tercer o cuarto clasificado. Vamos partido a partido, con humildad", proclama Vlada Stosic, director deportivo del Betis, al que han llegado nueve fichajes a cambio de 1,8 millones. Pagó 1,4 por Matilla al Villarreal y 0,2 por Amaya al Wigan, más otros 0,2 al Estrella Roja por la cesión de Tosic. Otros tres jugadores llegaron cedidos a coste cero (Ustaritz, Jefferson Montero y Santa Cruz) y otros tres tras finalizar contrato (el meta Fabricio, Chica y Mario). Solo Sporting, Levante, Osasuna, Real Sociedad, Zaragoza, Rayo y Racing han gastado menos. "Hemos traído futbolistas con hambre y de un perfil humilde, que se han adaptado a un grupo que es una familia", añade Stosic.
"Ahora es el momento de que disfruten los béticos. Mel lo está bordando, pero yo lo que quiero es la permanencia. La institución pasa por muchos problemas", indica Rafael Gordillo, expresidente y encargado de las relaciones institucionales del club. Pocos como él conocen tan bien el espíritu de una entidad sin término medio, capaz de lo mejor y de lo peor en sus 104 años de historia.
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