Sánchez de León choca con el recelo de la oposición
La vicepresidenta del Consell, Paula Sánchez de León, se encontró ayer a la oposición con la guardia levantada, harta de que le tomen el pelo con promesas de transparencia y de consenso.
En su intervención ante el pleno de las Cortes, que cerró el desfile de consejeros para explicar las líneas maestras de la gestión que piensan desarrollar al frente de sus departamentos, Sánchez de León tropezó con una oposición áspera y refractaria a sus apelaciones al consenso.
De hecho, la intervención de la vicepresidenta, lejos de allanar el terreno para la reunión que mantendrá el próximo día 26 con los portavoces de los grupos parlamentarios para intentar avanzar en la búsqueda de grandes acuerdos, aumentó la distancia que le separa del PSPV, Compromís y Esquerra Unida. Probablemente, se equivocó Sánchez de León al anunciar en el pleno que ya había autorizado a la portavoz de EU, Marga Sanz, para que el próximo 3 de octubre pueda revisar los contratos de la Generalitat con Orange Market -la ventanilla valenciana de la trama Gürtel- que son "públicos" y que están incluidos en el sumario que instruye el juez Antonio Pedreira en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Unos contratos a los que todavía no ha podido acceder la oposición cerca de dos años y medio después de estallar el caso Gürtel.
Lo que tenía que haber sido interpretado como un gesto de buena voluntad, la oposición lo interpretó como una carta marcada -EU recibió la noticia igual que todos- y utilizada de cara a la galería para dar largas y enmascarar las reticencias del Consell a mejorar la transparencia de la Administración.
Sánchez de León intentó, sin embargo, desbrozar el camino en dos grandes temas: la reforma de Ràdio Televisió Valenciana (RTVV) y la puesta en marcha del Fondo de Cooperación Municipal. En este último asunto, la vicepresidenta reveló que hay acuerdo con la oposición en todo, menos en la parte mollar del asunto: el dinero. El Consell, tal y como puso de relieve Sánchez de León, desearía desbloquear el acuerdo y permitir que a través de este mecanismo se beneficiase a pequeños municipios con una partida conjunta de cinco millones de euros. La oposición, que ni se molestó en comentar la propuesta, considera que, para repartir cinco millones de un fondo municipal que debería tener más de 300 millones, no hace falta ningún instrumento especial.
Respecto a Ràdio Televisió Valenciana, la vicepresidenta del Consell adelantó los ejes que contendrá la propuesta. Según Sánchez de León, el Consell quiere un nuevo marco legislativo; distinguir entre actividades audiovisuales de servicio público y las que no lo son; asignar al contenido de lo que se considera servicio público un contrato programa "que delimite la oferta posible de RTVV"; regular de qué manera las Cortes serían informadas del contenido del contrato-programa; pactar con la oposición las líneas generales de la reconversión y elegir a los consejeros de administración del ente y al director general a través de las Cortes Valencianas.
Pero la oposición, antes de sentarse a hablar, dejó claro que no se puede hacer tabla rasa del pasado, por muy inmediato e imperfecto que sea.
El socialista Josep Moreno, que se estrenó en la tribuna, criticó a Sánchez de León por querer "constituirse en garante de un pacto sin tener credibilidad". Moreno, cuyo tono derivó a veces hacia el esperpento -"usted se durmió con un presidente que le prometió que era su delfín y se levantó con otro presidente que le dijo que no pasaría de sardina"-, recriminó a la vicepresidenta su silencio sobre el caso Sanz -que investiga abusos sexuales a unas trabajadoras de Canal 9-, la continuidad de José López Jaraba al frente de la dirección general de RTVV, o su resistencia a facilitar a la oposición la información solicitada.
En Compromís, la diputada Mireia Mollà se lamentó del contenido de la intervención de la vicepresidenta. "Usted ha puesto el nivel muy bajo. Dice que quiere consensos pero no le dicen nada cinco sentencias judiciales contrarias por no entregar la documentación solicitada por Compromís", argumentó Mollà. La diputada instó a la vicepresidenta del Consell a dejarse "de cantos de sirena", a dar la información que se reclama y a explicar cuánto personal de RTVV y por qué se tendrá que ir a la calle.
Ignacio Blanco, de Esquerra Unida, también se quejó de las dilaciones del Consell para cumplir las promesas del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, de acabar con el oscurantismo de la etapa anterior. "Parece que todavía se oyen las cadenas que arrastra el fantasma de Camps por el Palau de la Generalitat", indicó Blanco.
Sánchez de León replicó a la oposición: "He pecado de ingenuidad, pensaba que la nueva legislatura iba a permitir a esta Cámara ser un foro de diálogo". Y es que ayer la posibilidad de acuerdos se alejó un poco más.
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