Tipos de interés bajos, necesarios y peligrosos
No siempre es fácil seguir los mensajes del FMI, enfrascado en una sucesión de alertas tan apremiantes como paradójicas. La más reiterada estos días es la necesidad de un ajuste fiscal que "no sea demasiado rápido, porque afectaría al crecimiento, ni demasiado lento, porque restaría credibilidad". Pero también hay para la política monetaria. Si el martes, el departamento económico reclamó al BCE que baje los tipos de interés, ayer el departamento de Asuntos Monetarios, advertía de los riesgos acumulados precisamente por mantener bajos esos tipos durante demasiado tiempo.
El informe de Estabilidad Financiera divulgado ayer en Washington da una de cal y otra de arena: "Los tipos de interés bajos son adecuados en este momento, con un crecimiento tan lento en las economías avanzadas, pero puede acarrear amenazas para la estabilidad financiera más adelante".
"La política de tipos de interés bajos puede también comprar tiempo para sanear los balances públicos y privados", comentó José Viñals, director de Asuntos Monetarios del Fondo, antes de detallar los riesgos: "Si ese tiempo no se utiliza bien, los tipos bajos pueden llevar a un endeudamiento excesivo otra vez, a desviar la creación de créditos a productos opacos y a acelerar el flujo de capital a los mercados emergentes".
La nueva alerta del Fondo se fundamenta en otra paradoja: el activismo de los bancos centrales ha multiplicado la liquidez, y hay algunos inversores (y entidades financieras) que ya han saneado sus balances y vuelven a rastrear activos rentables.
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