Guardiola se corrige para parar al Valencia
El Barça neutraliza los ataques de Mathieu, empata y muestra su superioridad final en Mestalla
Guardiola cambió de extremos, de defensas y hasta de centrocampistas, corrigiéndose media docena de veces sobre la marcha, con tal de encontrar la manera de neutralizar a un Valencia exprimido hasta su último aliento. El cuadro de Emery había hallado un talón de Aquiles en el lateral derecho barcelonista, lanzando a un Mathieu desbocado que le dio ventaja. Pero se retrasó Alves a su posición natural y el Barcelona comenzó a fluir como acostumbra. Entraron en escena Cesc y Messi e igualaron un partido de los grandes, sin un segundo de receso. La firmeza del central Víctor Ruiz, rechazado en su día por La Masia, fue el principal obstáculo para la victoria azulgrana.
Emery insistió con un viejo truco utilizado anteriormente ante el Barça: el lateral izquierdo Mathieu en posición de interior o de extremo, aprovechando su velocidad y sus centros enroscados. El desgarbado francés alcanzó tres veces la línea de fondo y, de sus envíos, sacó dos goles y un error monumental de Soldado en el remate que frustró el tercero. La defensa de tres de Guardiola -Mascherano, Puyol y Abidal- fue una invitación a que el Valencia volcara todo su ataque por la orilla izquierda: Mascherano llegaba tarde a tapar a Mathieu y los centros de este se encontraban con Soldado y Pablo frente a Puyol y Abidal. Este embocó el primero en propia puerta y el interior castellonense remachó el segundo llegando lanzado desde el carril del 8.
VALENCIA 2 - BARCELONA 2
Valencia: Guaita; Miguel, Rami, Víctor Ruíz, Jordi Alba; Pablo Hernández, Albelda (Tino Costa, m. 46), Banega, Mathieu (Piatti, m. 72); Canales (Jonas, m. 67); y Soldado. No utilizados: Diego Alves; Bruno, Maduro y Aduriz.
Barcelona: Valdés; Mascherano, Puyol (Thiago, m. 62), Abidal; Xavi, Busquets, Cesc, Keita (Adriano, m. 56); Alves, Messi y Pedro (Villa, m. 56). No utilizados: Pinto; Maxwell, Fontàs y Afellay.
Goles: 1-0. M. 11. Abidal, en propia puerta. 1-1. M. 13. Pedro. 2-1. M. 22. Pablo Hernández. 2-2. M. 76. Cesc.
Árbitro: Velasco Carballo. Expulsó a Jordi Alba con roja directa (m. 91). Amonestó a Rami, Soldado, Jonas y Mascherano.
Unos 48.000 espectadores en Mestalla.
Thiago revitalizó la circulación de la pelota; Cesc y Messi, otra vez decisivos
Albelda cortó en el primer tiempo los hilos del equipo azulgrana
La primera parte fue el partido visionado desde la medular por Albelda, muy listo para cortarle los hilos a la telaraña azulgrana de centrocampistas. Muy incómodos Xavi y Cesc en la elaboración, apenas se asociaron con Alves, Messi y Pedro. A pesar de que este último empatara en primera instancia tras un magnífico pase entre líneas de Messi. Pedro le ganó la espalda a Miguel y disparó al primer palo. Las palmas abiertas de Guaita llegaron tarde al paso de la pelota.
Al Barça le costó media hora sentir cierto control del balón. Relajado Guardiola en el banquillo antes del encuentro, tranquilizado por un nuevo revés del Real Madrid en Santander, el entrenador azulgrana entró en ebullición al notar que su equipo circulaba por el camino equivocado. El más apagado resultó Dani Alves, abierto a la posición de extremo, pero frenado por la rapidez de Jordi Alba, sin la capacidad de sorpresa que convierte al brasileño en un atacante siempre inesperado.
El costalazo de Albelda en un salto le costó perderse el segundo tiempo por lesión. Y ocupó su puesto Tino Costa, en compañía de un Ever Banega muy fiable siempre con el balón, imprescindible en cada ataque de su equipo. Con la colaboración crucial de Canales, tocando mucho de primeras en este segundo acto, la mejor resupuesta a un Barça siempre tan sutil técnicamente.
Guardiola recompuso su retaguardia tras el descanso: retrasó a Alves y ya defendió con cuatro. E introdujo a Villa y a Adriano para que, a pie cambiado, abrieran el campo. Guardiola no esperó mucho para descargar su última bala, Thiago.
El centro del campo siguió siendo terreno minado para los azulgrana, puesto que Ever y Tino Costa defendieron como cosacos. Y si superaban esa línea, aparecía la zurda calmada de Víctor Ruiz, un sedante ante el ataque más afilado.
El Barça fue masticando más las jugadas a medida que el Valencia acusaba el cansancio en la presión. Para evitarlo, Emery refrescó su formación con Jonas y Piatti. Pero el Barça comenzó a encontrar espacios por el centro de la zaga local, que tiró muy mal el fuera de juego. Primero perdonó Messi solo ante Guaita. Se le escapó el último control. Después ya no. Envió en profundidad a Cesc y este colocó con la zurda al palo derecho del portero valenciano. La quinta asistencia de la Pulga en la Liga.
Thiago revitalizó la circulación de la pelota y Xavi, ahora sí, dictó los tiempos de un asalto final a Mestalla. Una agonía cada vez que Messi inventaba su enésimo pase maestro, esta vez a la entrada de Villa, frenado por la manopla de Guaita. La expulsión de Jordi Alba, por un supuesto insulto al linier, invitó a un abordaje azulgrana que quedó a medio camino en un encuentro sin resuello de principio a fin.
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